El árbitro costarricense Juan Gabriel Calderón protagonizó una de las acciones más curiosas de la actual Copa Oro 2025, en el partido entre Canadá y Curazao, por una razón que pocas veces se ve.
Corría el minuto 82 del cerrado compromiso el sábado anterior; en ese momento, los canadienses iban ganando 1-0. Hubo un tiro libre a favor de Curazao, la pelota viajó hacia el corazón del área y entonces ocurrió lo impensado…
El canadiense Nathan Saliba le metió el brazo al balón deliberadamente, y de inmediato reventó la pelota hacia la gradería. Lo extraño de la jugada fue la actitud de los demás futbolistas, que se veían muy pasivos y sorprendidos.
Entonces, los comentaristas de televisión empezaron a relatar lo que ocurría: justo en el momento del tiro libre sonó un silbato de la gradería. Los canadienses alegaron que la jugada no contaba, debido a ese pito anónimo que confundió a su defensa. Por su parte, los futbolistas de Curazao reclamaban el penal por la mano tan evidente.
El árbitro tico Calderón se tomó un tiempo para reflexionar e hizo las consultas con sus asistentes, a través de la diadema.
Luego de unos segundos de incertidumbre, explicó a los futbolistas su decisión: el tiro libre no contaba, puesto que el pitazo distrajo al canadiense, así que la jugada debía repetirse.
Además, acudió a la banda a conversar con uno de los funcionarios de Concacaf, para advertirle sobre la situación y seguramente pedirle que ordenara una búsqueda del silbato en la gradería.
Al final Curazao sí se salió con la suya, pues empató con un gol de Jeremy Antonisse al minuto 90+4, en una de las grandes sorpesas de esta Copa Oro.
Al momento de la polémica, una cámara de la transmisión televisiva hizo un breve recorrido por la gradería, como buscando el pito de la discordia, aunque no está claro si apareció el culpable.