Néstor Zeledón, destacado escultor costarricense, falleció este 18 de junio a los 92 años. Así lo confirmó su familia en la página de Facebook de Casa Museo Néstor Zeledón, centro cultural orientado a la preservación y divulgación de la obra del artista tico.
De acuerdo con esta información, el funeral del referente nacional de la escultura se realizarán en la Casa de la Cultura Alfredo González Flores, en Heredia, desde las 9 a. m. hasta las 2 p. m.
“Agradecemos a quienes compartan su recuerdo con respeto y admiración”, se lee en el comunicado firmado a nombre de su esposa Caridad Soto, familia y amigos cercanos.
De carácter artístico
En 2012, La Nación conversó con Zeledón, un espacio en el que se intentó comprender, al menos un poco, la mente de un artista tan profundo.
En aquella oportunidad, Zeledón confesó: “Soy depresivo y cada vez que sufro un episodio de depresión me refugio en el arte para liberarme y espantar esos fantasmas y demonios que me atormentan”.
Además de vivir con emociones tan intensas, Néstor también se catalogaba como un espíritu combativo y un fiel creyente de que el arte no es para decorar, sino para “decir cosas”.
Una muestra de su fuerte creencia en lo anterior fue la pieza Yo protesto (2008), una mano monumental que se alza en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, con la que aseguró que “El ser humano es un ser político”, referenciándose a sí mismo, pues en determinado momento de su juventud participó en la Revolución del 48.

Su arte, profundamente ligado a la naturaleza, se caracterizaba por el uso de maderas como guanacaste, cedro, pochote y cenízaro, materiales que empleaba para explorar la conexión del ser humano con su entorno. Hoy, tras su partida, su cuerpo regresa a esa misma tierra que tanto moldeó con sus manos.