Estancia Rancho humo, la casa del galán sin ventura

Estancia Rancho humo, la casa del galán sin ventura

Ese día, contrario a mi costumbre, tuve que levantarme de madrugada para, junto a otros periodistas, visitar el Hotel Estancia Rancho Humo.

Como el hotel está ubicado en plena península de Nicoya, teníamos la opción de irnos por carretera cruzando el puente de La Amistad, o tomar el ferry que sale de Puntarenas.

Obviamente hay más aventura al cruzar las aguas del Golfo de Nicoya, y para aprovechar el día teníamos que correr si queríamos agarrar el barco que zarpaba a las 9 de la mañana.

Al ingresar a este me gustó ver un ferry cuidado, con una sodita que te vende snacks y café para desayunar, y donde incluso íbamos viendo una revista matutina de un canal nacional. El barco estaba lleno habitantes de ambas riberas del golfo, que necesitan cruzar de un lado a otro para hacer “mandados”, pero también de turistas visiblemente emocionados.

(Cortesía/Rancho Humo)

Cruzar nos tomó casi dos horas, y al llegar, como el microbús en que viajábamos también iba en el ferry, pues fue solo cuestión de minutos en desembarcar y salir rumbo al hotel. Ese viaje nos tomaría aproximadamente una hora más.

El hotel Estancia Rancho Humo está ubicado en una propiedad de más de 1000 hectáreas, que colindan con el río Tempisque. El pueblito más cercano es el puerto Rancho Humo donde viven apenas unas 200 personas, que en su mayoría se dedican a labores de ganadería, pesca y agricultura.

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

Estar en un hotel alejado de todo, y que además está rodeado de humedales, casi que me aseguraba que esa noche iba a descansar como un bebé…y así fue.

Zona Ramsar

El hotel Estancia Rancho Humo se encuentra en la península de Nicoya, el corazón de una de las zonas Ramsar del planeta. Estas son humedales, ya sea un pantano, laguna o manglar; que han sido designados de importancia internacional por la Convención de Ramsar y el tratado internacional sobre la conservación y el uso racional de los humedales.

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

Rancho Humo posee algunos de los humedales más grandes del país, con espejos de agua que no tienen comparación. Estos espejos de agua sirven de hábitat, zona de paso o descanso para miles de aves migratorias, diferentes especies de mamíferos y reptiles.

El majestuoso río Tempisque se abre paso en medio del bosque tropical seco, justo al lado. Tanto el río, como los humedales, le dan vida a un ecosistema único en el mundo. Miles de aves aprovechan estos espejos de agua para anidar, tomar un descanso en su inmigración entre norte y sur; o simplemente para vivir aquí. Y sin duda, el ave que todos queríamos ver es el famoso Jabirú, conocido en la zona como “Galán sin ventura”.

“Los humedales están llenos de vida que debemos cuidar, tal como decidimos hacer en Rancho Humo hace muchos años. Desde que se adquirió la propiedad y con inversión propia, hemos logrado recuperar 800 hectáreas de ecosistemas que estaban destruidos. Hoy en día la Sostenibilidad en su triple dimensión, económica, medioambiental y social; es nuestra consigna y es lo que deseamos heredar a las futuras generaciones”, nos contó don William J. Salóm, propietario del hotel, y quien convirtió toda su tierra en una de las zonas de reserva privada más grandes de Costa Rica, para así devolverle la vida a los ecosistemas.

“Aquí es donde la fauna prospera, vive y se mueve libremente en llanuras y bosques naturales en algunas de las comunidades más longevas, tradicionales, auténticas y únicas de toda la península de Nicoya”, nos dijo con orgullo.

Humedales en zona azul

La península de Nicoya es una de las zonas azules del mundo, donde sus habitantes pueden vivir hasta los 100 años, por eso Rancho Humo no es solo una hacienda. De ser una simple finca ganadera, se convirtió en un referente internacional en la gestión privada del rescate de humedales.

José Salóm, gerente general del hotel, nos contó que todos los años llegan cientos de turistas atraídos por las bellezas del país, y que cuando ven los humedales junto al río Tempisque quedan sin palabras.

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

“Aquí logran experimentar y vivir en numerosos ecosistemas: manglares, humedales, bosque tropical seco, pastizales y una amplia variedad de flora y fauna, incluyendo, entre muchos otros, el yaguarundí, monos congo, pecaríes, garzas, halcones, patos, espátulas rosadas, cigüeñas y el ave acuática más grande y exótica de Costa Rica: el jabirú.

De hecho el atractivo principal del hotel son los tours que pueden hacer, pues además de navegar por el río, tenemos safaris de madrugada y al atardecer para observación de aves y reptiles, créanme que cualquiera se impresiona al ver un cocodrilo de cuatro metros, o al ver al Jabirú con metro y medio de alto y que al extender sus alas para levantar vuelo estas pueden alcanzar una envergadura de hasta tres metros, en los más grandes”, comentó Jose Salom.

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

Hotel boutique, pero de clase mundial

La Estancia Rancho Humo cuenta con 10 habitaciones disponibles: cinco junior suites para dos personas, dos habitaciones familiares para cuatro personas, y tres habitaciones estándar.

Todas cuentan con baño privado, excelentes comodidades. La junior suite, donde me hospedé, tiene un amplio balcón que al salir ofrece una espectacular vista al bosque que parece infinito. De hecho, estando ahí, salí y me quedé sola por un rato, escuchando a los pájaros y a los monos, en medio de la inmensidad…estaba solita, pero acompañada y abrazada por ese cosmos.

Una de las cosas que más me gustó es que las suites son estilo cabañitas, todas independientes, pero conectadas por puentecitos de madera, lo que hace que uno se sienta siempre dentro del complejo. Tiene además una piscina muy linda, un lobby que recuerda las haciendas del siglo pasado, y un bar donde se pueden hacer catas de vino, whisky o cerveza, pues en la finca está la fábrica de las cervezas artesanales Rancho Humo, de la que también es propietaria la familia Salom.

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

El restaurante merece una mención especial, pues al estar el hotel en medio de la nada, todos los huéspedes tienen incluidas las tres comidas. Y ¿qué le impresionó a una “foodie” y sommelier como yo? Pues que quienes atienden y cocinan son señoras del pueblo, y te preparan la comida casera más deliciosa del mundo, eso sí, siempre manteniendo el estándar gourmet que ofrece un hotel de esta categoría.

“Todo nuestro personal es del pueblo, y nos sentimos muy orgullosos de que nuestras cocineras son de aquí mismo. Todas han recibido capacitaciones con técnicas internacionales, pero ellas cocinan con la sazón de la gente de Guanacaste, por eso la comida es tan rica”, manifestó el gerente.

La madrugada valió la pena

Al siguiente día que llegamos a La Estancia, tuvimos nuestro primer safari por los humedales. El biólogo Mauricio Méndez, jefe del área de conservación del Sistema de Áreas de Conservación (SINAC), zona del Tempisque; tuvo la amabilidad de llegar a las 5 de mañana al hotel, en donde todos los periodistas lo esperábamos con ansias. Lo más impresionante de salir de madrugada es ver cómo se va despertando toda la naturaleza.

No sé ni cuántas especies de aves logramos admirar, de las que, por cierto, la espátula rosada es de las que más me gustó. Sin embargo, cuando por fin divisamos el Jabirú fue como cuando en la película Jurasicc Park, los paleontólogos ven por primera vez los dinosauros. Me impresionó lo grande y elegante del ave, y comprendí el porqué es el rey de los humedales. Verlo despegar hacia el cielo fue un plus.

Algo que me llamó la atención fue observar la forma en que la hacienda ha encontrado el equilibrio para mantener la ganadería y los humedales, pues mucho ganado pastorea en medio de estos. “Cuando el ganado se mete a los humedales ayuda a controlar el crecimiento de vegetación invasora en la zona, esto es saludable para los humedales”, nos ilustró el biólogo.

Ahí descubrimos un pequeño cocodrilo que había encontrado refugio en uno de los espejos de agua. Y digo pequeño porque luego en la tarde tuvimos un tour por el río Tempisque. Los lugareños ofrecen sus botes para pasear y poder seguir en la observación de aves, y por supuesto de los grandes cocodrilos, que en el río son los reyes y pueden alcanzar los seis metros de largo.

Méndez nos comentó que periódicamente están haciendo conteo de toda la fauna en el río, en especial de los cocodrilos. Luego de navegar por el río dimos un paseo por la comunidad de Rancho Humo, nos comimos unos gallos en el bar del pueblo y regresamos a los humedales para terminar en la torre de observación, y disfrutar del atardecer mientras las aves volaban por el firmamento.

La noche se nos venía encima rápidamente y así terminábamos el segundo día lleno de aventuras. Una cena deliciosa nos esperaba en el hotel y a dormir, porque al día siguiente regresábamos a San José.

Solo dos cosas lamenté de mi viaje al hotel La Estancia Rancho Humo: no poder quedarme más tiempo, y que se terminaran los mejores chicharrones que me he comido en mi vida en el desayuno de despedida que tenían en el hotel para los periodistas. Pero volveré…porque qué bello es mi país Costa Rica, (por favor que me tengan chicharrones).

Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

Mucho que hacer por allá

Si va al hotel Estancia Rancho Humo tome el rato para disfrutar al máximo de todo lo que puede hacer en la zona.

  • Caminatas por la exuberante naturaleza que rodea el rancho.
  • Realice recorridos guiados por más de 25 km de diques que rodean los humedales. Deténgase en puntos elegidos para apreciar la fauna y flora de este ecosistema, mientras presencia el importante avistamiento de aves migratorias que hacen de Rancho Humo un hogar temporal cada día. Sobre todo, busque el Jabirú.
  • Relájese con un recorrido en barco por el río Tempisque y sienta la brisa y la vida que fluye a través de los manglares. Tenga su cámara lista porque verá muchos cocodrilos y aves.
  • Si busca una experiencia gastronómica, el hotel ofrece un servicio de almuerzo y cena en los humedales. Al atardecer puede disfrutar de un brindis con un vino cava o champagne en la torre de observación de aves.
  • Tome agua y juegue en la piscina. Está comprobado que el consumo del agua de las zonas azules fortalece el sistema inmunológico y ayuda al cuerpo a eliminar toxinas y bacterias, gracias a su composición, rica en calcio, hierro, magnesio y sulfatos, y que su pH neutro facilita la absorción de sus nutrientes. Los huéspedes de La Estancia podrán experimentar los beneficios del consumo de agua, duchas e inmersión en agua pura de manantial de una Zona Azul.
Hotel Estancia Rancho Humo, aves migratorias, Galán sin Ventura, Guanacaste
(Cortesía/Rancho Humo)

Nicoya, zona azul del país

Rancho Humo, ubicado en la península de Nicoya, es una de las cinco regiones del mundo identificadas como “zona azul”. Investigaciones sobre la longevidad y la calidad de vida en esta región han revelado patrones de alimentación, estilo de vida y factores ambientales que contribuyen a que sus habitantes disfruten de vidas excepcionalmente largas y saludables. La exclusividad de la Zona Azul de la península de Nicoya reside en su singularidad y en las valiosas lecciones que ofrece para una vida plena y longeva. Esto la convierte en un atractivo especial para quienes buscan productos, servicios o experiencias que se alineen con los principios del bienestar y la longevidad, creando así oportunidades únicas para vivir. Puerto Humo fue fundado originalmente por mexicanos y cubanos a principios del siglo XIX, dedicados a la caza de cocodrilos y aves. Posteriormente, abandonaron esta actividad y centraron sus esfuerzos en convertir el puerto en un punto importante para la movilización de personas del interior de la península de Nicoya hacia la provincia de Puntarenas. Hoy en día, es un pintoresco y antiguo pueblo dentro de la Zona Azul de la península de Nicoya, con una población de aproximadamente 200 habitantes, la mayoría de los cuales tienen sus propios negocios en ganadería, agricultura, comercio y el turismo. El agua es un reflejo de la salud de su entorno, que forma parte de tres ecosistemas: humedales, manglares y Bosque Seco Tropical, todos en el epicentro de la Zona Azul más grande del mundo.

El Galán sin ventura

El Jabirú, Jabiru mycteria, es el ave más grande de Costa Rica y considerada la cigüeña de Latinoamérica. Aquí en Tiquicia se le conoce como “Galán sin ventura”, pues se dice que la gente de la zona encontraba similitud entre las aves y los sabaneros de Guanacaste, en el valle del Tempisque, que se vestían de blanco con un pañuelo rojo en el cuello y alguien vio el parecido del ave con ellos. No es ave migratoria, sino que en Costa Rica encontró su hogar en los humedales y pantanos de Nicoya, su hábitat natural. Según datos de National Geographic, puede llegar a vivir hasta 40 años, come peces, ranas, serpientes, crías de caimanes y tortugas, moluscos e incluso insectos. Por ser aves grandes su principal depredador son los felinos de las zonas donde viven. Al estar sus nidos en alto sus huevos son blanco fácil de aves de rapiña. Aunque su plumaje es negro y blanco, tiene una parte del cuello sin plumaje y su piel ahí es roja. Esta le puede cambiar de color, según su estado de ánimo. Pueden llegar a medir metro y medio de altura, y sus alas abiertas hasta tres metros.

Fuentes

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