Con motivo del caso de Celso Gamboa, el ministro de Seguridad, Mario Zamora, pronunció una declaración que resulta incomprensible.
El miércoles, en Trivisión, el ministro prácticamente dio por descartado cualquier nexo del gobierno con el exmagistrado, quien fue detenido con fines de extradición a Estados Unidos por presunto narcotráfico internacional.
Zamora alegó: “Hay un informante que indica que Celso Gamboa tiene conexión con Guardacostas. Ahí no está hablando ni del Ministerio, ni del Gobierno. Eso es lo que dice de manera literal».
La declaración es incomprensible por dos razones:
-1. El Servicio Nacional de Guardacostas es una institución de gobierno; no es un servicio privado y ni siquiera pertenece a ningún otro poder del Estado, como el Judicial o el Legislativo. De hecho, es un servicio que está bajo la responsabilidad del Ministerio de Seguridad.
-2. El informante de la DEA sí menciona al gobierno e, incluso, a “autoridades policiales”.
El expediente de la DEA
La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) grabó una conversación en la que participaron Celso Gamboa y dos fuentes confidenciales, alrededor del 20 de setiembre del 2023.
El expediente dice literalmente así:
“El sr. Gamboa Sánchez les dijo a CS-1 y CS-2 (las fuentes confidenciales) que el gobierno concede a la DTO (organización de tráfico de drogas) el acceso para que los cargamentos de cocaína ingresen al país, pero que la DTO controla cómo se introduce la cocaína a Costa Rica. Asimismo, les dijo a CS-I y a CS-2 que la recepción de la cocaína está 100% garantizada».
En otra parte, la solicitud de extradición de la DEA dice:
“Según CW-I, el sr. Gamboa Sánchez es responsable de trabajar con la Guardia Costera de Costa Rica y las autoridades policiales para garantizar el tránsito seguro de los cargamentos de cocaína de la DTO en Costa Rica, así como para garantizar que los miembros de la organización no sean objeto de persecución ni tengan investigaciones abiertas en su contra por parte de las autoridades policiales costarricenses”.
Si el ministro de Seguridad tuvo acceso al informe, resulta inverosímil que hubiese pasado por alto que sí se menciona al gobierno y a cuerpos policiales.
La seriedad del asunto ameritaba que el gobierno anunciara una investigación inmediata, al menos en el Servicio de Guardacostas.
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Aquí no se trata de aprovechar lo sucedido para atacar a otros o negar responsabilidades y proteger popularidad, sino de salvaguardar a la ciudadanía. Es preocupante que la DEA señale la presunta influencia de grupos delictivos sobre un cuerpo policial.
Hay suficiente evidencia de que el país ha sido inundado por operadores de droga y de que este es uno de los principales desencadenantes de la inseguridad ciudadana. Lo mínimo era que el gobierno anunciara una investigación.
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Por otra parte, el ministro de Seguridad dijo: “Pero, además, en otra parte de la misma información, se consigna que el informante dice que él presenció la actividad narcotraficante de Celso Gamboa recibiendo cocaína en Costa Rica entre el 2020-2022, justamente cuando no estábamos nosotros en Gobierno”.
Mario Zamora no estaba en el 2022 (entró en el 2023), en efecto, pero la actual administración sí empezó en ese año y, en todo caso, no importa cuál gobierno sea; lo determinante es garantizar que los servicios policiales no estén infiltrados.
La prensa ha publicado hechos que podrían ameritar una investigación más profunda, por ejemplo, sobre el Servicio de Guardacostas. Estas son algunas noticias publicadas:
-En marzo del 2024, se trasladó a un alto oficial que estaba a cargo de labores de inteligencia en la estación de Caldera para detectar grupos de narcotraficantes de Limón que movieron sus operaciones a isla Chira, en el Pacífico.
-En el 2024, se trasladó el puesto de control de Guardacostas que estaba en Drake, en el extremo sur del país, el cual era estratégico para frenar el paso de lanchas cargadas de cocaína procedentes del Pacífico colombiano.
-En julio del 2024, también se trasladó la Academia del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG) de Quepos, Puntarenas, donde funcionó desde el 2011, a la Rita de Pococí, en Limón, a 103 kilómetros de la costa más cercana.