Ahí viene Richie, y viene vira’o, como bestia, tocando un tumba’o. Con él llega el inconfundible Bobby, cantando, viviendo y siendo siempre a su manera, y, juntos, se preparan para regresar a Puerto Rico con el bestial sonido que los ha distinguido por más de seis décadas.
Las dos grandes leyendas de la salsa regresan a su patria para ofrecer un concierto especial, “Sonido bestial sinfónico”, junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, el 25 de octubre en el Coca-Cola Music Hall.
A lo largo de sus muchos años de trabajo, Richie Ray y Bobby Cruz siempre han buscado compartir lo mejor de su música con el público latino y puertorriqueño que los ha apoyado desde el principio. Los dos maestros están claros del enorme privilegio del que gozan, y se expresaron emocionados de poder conectar con su gente una vez más.
“Yo sabía, desde el principio, que había algo especial. Esa chispa viene de mi papá. Él nació en Manatí, en una condición de pobreza, pero era muy talentoso. Creo que un tío le enseñó a tocar guitarra. Descubrimos más tarde en su vida que era bipolar, así que no era una situación fácil. Él era muy dedicado, así que cuando mi hermano y yo comenzamos a mostrar interés por la música, él se encargó de conseguirnos la mejor educación posible. Ese amor por la música, ese talento, viene por mi papá. Era algo serio, desde el inicio. Era el sueño. Fue la imagen que él puso en mi cabeza y siempre ha estado conmigo”, sostuvo Richie sobre sus inicios en la música y sobre cómo entiende que logró llegar a donde está hoy.
“Mi caso es el opuesto de Richie. Nunca tuve educación formal en la música. Era demasiado pobre para ir a estudiar. Vengo de un hogar roto. Mi madre trabajaba con la mamá de Richie y laboraban por 16 horas corridas para poder cumplir con las responsabilidades básicas, así que yo no podía estudiar. Pero la música siempre ha estado en mi mente. Es un regalo de Dios, supongo. Yo compongo, arreglo, hago de todo”, compartió Bobby, por su parte.
La carrera musical del dúo les ha permitido experimentar con la música con una libertad excepcional y crear una identidad sonora distintiva y rica en diversidad. Desde la “salsa gorda” hasta su propia forma de música cristiana, Richie y Bobby siempre han luchado por mantenerse fieles a su sonido y por mantener una calidad consistente en todos sus proyectos.
“Cuando esto estaba pasando en mí, no tenía ni idea de qué era lo que me estaba pasando ni hacia dónde se dirigía. Mi primera inclinación fue ponerme a escuchar música sacra contemporánea. Cuando hicimos nuestra primera producción cristiana, llamada ‘Reconstrucción’, apliqué algunas ideas que recogí de la música cristiana que había escuchado, pero incluyendo ritmos latinos. Pensé que a los cristianos a lo mejor no les iba a gustar toda esta cosa loca y que no estaban muy seguros de qué estaba pasando con nosotros. Mucha gente nos preguntaba, ‘¿qué rayos ustedes están haciendo?’, y, francamente, lo que pasó fue que cuando fuimos salvados, queríamos hacer lo que fuera que Dios quisiera para nosotros. Pasamos por un periodo de búsqueda, hasta que nos dimos cuenta de que nos había dado estos talentos y que quería que los usáramos para llevar un mensaje de amor y salvación”, contó Richie sobre cómo lograron armonizar sus creencias con su música.
“El reto fue tratar de encontrar cómo juntar todo esto de una manera en que el mensaje llegara a la gente, pero no desde un lugar de ser mejores que nadie. Lo queríamos hacer de una forma que nuestra gente, la gente de la calle, del pueblo, pudiera recibirla y que penetrara, sin pensar que estábamos juzgando. Hicimos un gran esfuerzo y creo que Dios nos ayudó y nos dio la dirección musical que necesitábamos”, continúo.
En el caso de Bobby, el proceso de adaptación fue un poco más lento, debido a su falta de educación formal en la música. Reconoce, sin embargo, que su talento musical siempre ha estado ahí, solo que funciona de una manera distinta.
“Yo solo la escucho en mi cabeza, escucho disonancias y segundas voces, y Richie me decía constantemente que algo era ‘ilegal’, y yo le decía que no me importaba, porque eso era lo que escuchaba en mi cabeza. Pero Richie nunca ha estado cerrado a mis ideas, y me solía preguntar qué era lo que yo escuchaba, y yo le contaba. Al final, lo probábamos a ver qué tal. ‘Sonido bestial’ es un buen ejemplo de un tema en el que rompimos muchas reglas”, comentó.
Al final, el dúo solo espera poder ofrecer un espectáculo de calidad y compartir sus corazones con el país al que tanto han amado.
“Siempre he sentido que soy puertorriqueño. Ahí está mi corazón. La primera vez que escuché un seis mapeyé, lloré como un niño. Fue algo increíble. Estas son mis raíces, así que me siento muy feliz de esta oportunidad. No estamos, exactamente, igual de jóvenes que cuando empezamos, pero esta no tiene por qué ser la última vez. ¿Quién sabe? Siempre estamos creando, inventando, haciendo cosas y tenemos muchas ideas flotando. Somos muy privilegiados y nos sentimos muy honrados de poder hacer esto”, sostuvo Richie.
“Tengo 88 años. A este punto de mi carrera, de mi vida, poder subir a un escenario y hacer mi trabajo es un regalo de Dios, de eso estoy seguro. ¿Cuántos cantantes llegan a esta edad todavía pudiendo cantar, especialmente siento un tenor? Soy tenor, tengo que alcanzar esas notas, la gente que viene espera escucharlas, y no me van a juzgar si no las alcanzo, pero si creen que no puedo hacerlo, solo vengan y vean”, dijo, con picardía, Bobby.