Productores culpan al IMA de distorsionar el mercado con la importación de arroz

Productores culpan al IMA de distorsionar el mercado con la importación de arroz

Las distorsiones en el mercado del arroz parecen estar en el centro de la tormenta. ¿El Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) tenía razón al justificar la importación de grano para garantizar el abastecimiento, o los productores aciertan al decir que el arroz nacional era suficiente y que fueron las decisiones del IMA las que quebraron el equilibrio?

Hoy, las importaciones, medidas que habrían golpeado la cadena productiva, serían las que estarían detrás de la solicitud de revivir los subsidios a los que el Gobierno se niega.

El presidente José Raúl Mulino dijo ayer que no hay fondos para tal subvención y que a los arroceros les toca ser eficientes. “En mi Gobierno no se vuelve a pagar”.

video de arroz subsidiado

Omar Spiegel, vocero de los productores de arroz, cuenta a La Prensa su versión de lo que está pasando en la industria. Aquí el resumen de sus respuestas.

El presidente de la República reiteró que no habrá subsidio al arroz este año. ¿Desde cuándo se sabía y cuál es el efecto?

Este año no había subsidio, y los productores no queríamos subsidio. Entendemos que el país enfrenta una crisis económica y el Gobierno tiene las finanzas apretadas. Entramos a un mercado diseñado sin subsidio este año, pero en el camino hubo alteraciones que no proyectamos. El abastecimiento debía cubrirse con la cosecha nacional y un complemento de importaciones mínimas, pero este año se sobrepasaron los requerimientos. Una de esas importaciones llegó en plena cosecha, deprimiendo el mercado y dejando a los productores con precios por debajo del costo.

¿Qué pasa cuando ingresan importaciones en plena cosecha?

La ley 17 de 2018 establece que, dos meses antes de la cosecha y durante la cosecha, no debe entrar arroz importado. Cuando el IMA trae arroz y lo entrega a la industria, ésta —que debería comprarle al productor— no tiene necesidad de salir al campo y ofrece precios por debajo del costo de producción. Hoy, producir un quintal cuesta alrededor de $26.40, pero el productor recibe $24 o $25. Eso genera pérdidas y un impacto negativo. Hay un daño hecho y parte de este daño fue causado por el IMA. Necesitamos salvaguardar la economía de los productores y que paguen sus deudas.

¿La importación fue consultada con la cadena agroalimentaria del arroz?

Importar en plena cosecha no tiene ningún sentido… Fue una decisión unilateral…

El director del IMA fue a la Asamblea Nacional a pedir un traslado de partida por más de $10 millones para pagar arroz importado. Allí dijo que el arroz nacional no era suficiente para abastecer las ferias…

El país está abastecido de arroz. Esto se sabe bajo un análisis de Acodeco, un inventario nacional, el consumo nacional y lo que tenemos en las estanterías. En base a eso, se arrojó que hacían falta 450 mil quintales para abastecer el mercado nacional. Entró un barco al país en julio, que aunque no entró por los debidos procedimientos, llegó con 462 mil quintales, es decir, por encima del requerimiento para poder llegar hasta enero-febrero del otro año.

La cifra que trae el IMA, que son 577 mil quintales, que fue lo que importó, está por encima de los requerimientos nacionales. Decir que no había arroz no coincide con el historial y el manejo que se ha estado llevando en el país.

¿En este momento están pidiendo el subsidio de $7.50 por quintal?

La Ley 17 de 2018 establece ese incentivo, pero el presidente ya dijo que por esa vía no va. Lo entendemos, pero necesitamos buscar un mecanismo que permita a los productores pagar sus deudas y no salir por la “puerta trasera”. Creemos en la posición del presidente de transformar al sector, pero el Estado debe invertir en el sector, tal como se pactó en el tratado comercial con Estados Unidos.

¿Para qué se usaba el subsidio?

Se creó para mantener el costo del arroz bajo para el consumidor. Durante años, el arroz de primera costaba 40 centavos y el especial unos 60 centavos. Cuando se eliminó el subsidio el año pasado, el precio subió: hoy el especial está en 78-80 centavos y el de primera entre 58 y 65 centavos.

¿Ha habido productores “juega vivo” con los subsidios?

En todo sector los hay. Pero hemos denunciado que se investigue y se castigue a quienes metieron mano en fondos públicos. Los productores serios siempre hemos buscado transformar el sector.

¿Qué es más grave: la competencia desleal por importaciones o los subsidios mal manejados?

Por supuesto que el que mete la mano en los fondos públicos tiene que ir preso automáticamente. Si el presidente está diciendo que hay un poco de bribones, que se robaron un poco de plata, a mí me gustaría también saber dónde están las denuncias, dónde están las investigaciones y dónde está presa esa gente.

La competencia desleal ocasiona un bache gigantesco en el país, que desplaza el producto nacional, desempleando un pocotón de gente.

¿Qué le diría al director del IMA si lo tuviera de frente?

Que organicemos la casa y que el próximo año planifiquemos las importaciones, que no lleguen en plena cosecha. Traer producto importado no es comprar el de mejor calidad. Apostemos a la producción nacional.

Si pudiera describir en una palabra la relación entre productores y molineros.

No hay molineros sin productores ni productores sin molinos. Pero si los molinos creen que pueden reemplazar la producción local con importaciones baratas, se equivocan. Al final, todos dependemos de la misma cadena que genera más de mil millones de dólares anuales y 120 mil empleos.

¿Cómo imagina el futuro del arroz en Panamá en 10 años?

A corto plazo habrá una contracción. Hoy estamos en 99 mil hectáreas, pero proyecto una disminución grande de la producción por los altos costos, falta de financiamiento y herramientas para enfrentar el cambio climático. Algunos productores se podrán mantener en la actividad, pero habrá una buena parte que tendrá que migrar a otra actividad.

¿Es cierto que el sector llegó a recibir más de $100 millones en subsidios al año?

Cuando se dio la crisis de la pandemia, que se dispararon los costos de los insumos, llegó a costar entre $72 o $80 un quintal de urea. El precio se disparó y el subsidio pasó de $7.50 a $16 dólares para compensar este costo en una época de emergencia nacional; nos fuimos hasta $132 millones. Ese ha sido el monto máximo que se ha pagado el subsidio anual. Consideramos que, para salvaguardar este año la producción nacional, se necesitarían entre $25 y $30 millones, porque las reglas del juego se cambiaron en plena cosecha.


Fuentes

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