La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuenta con un 82,5 % de aprobación ciudadana. Así lo ratificaron los resultados de encuesta de FactoMétrica, publicados ayer.
El estudio de opinión reveló que el 74,8 % de los ciudadanos consideró a la dignataria con la capacidad para tomar decisiones correctas en momentos de crisis. La Jefa de Estado ha demostrado, desde su elección, ser cercana a las preocupaciones de la gente, lo cual fue confirmado por el 44,9 % de los encuestados.
Sus acciones en bienestar del pueblo han sido las causantes de estos resultados positivos. Ejemplo de ello fue cuando, recientemente, en materia de democracia y participación popular: por primera vez en su historia como nación casi cien millones de ciudadanos fueron convocados a las urnas para elegir a jueces y magistrados que ejercerán la justicia en todo el país.
El pueblo mexicano, como un verdadero hito dentro de su camino como Estado, eligió, por primera vez también, a un indígena como presidente de Corte, el abogado Hugo Aguilar Ortiz. Además, se nombró en su cargo a 881 letrados, quienes ocuparán puestos en la Suprema Corte, el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral.
Si bien algunos expertos, refirió RT, anticiparon poca participación en los comicios, debido a que existían más dudas que certezas sobre el proceso, lo cierto es que un porciento importante del pueblo ejerció el voto, probablemente por el alto grado de confianza que tienen en su Presidenta.
La mandataria afirmó entonces que «la elección histórica» del Poder Judicial fue «todo un éxito», y resaltó que constituyo «el primer paso para alcanzar un verdadero Estado de derecho, donde nadie, ni siquiera los más poderosos, estén por encima de la ley».
La declaración, evidentemente, disparó las alarmas en sectores de la mafia organizada en torno al tráfico de estupefacientes, que domina rutas comerciales millonarias, desde Centroamérica y a través de todo el territorio mexicano.
Los observadores internacionales destacaron la importancia de este proceso, que sentó precedentes en América Latina, un continente ampliamente acostumbrado a ver ascender a estos cargos a miembros de las más rancias familias, dueños de emporios comerciales, influyentes figuras políticas, por solo mencionar algunos.
Tal vez la nueva realidad que se abre paso México, nada más y nada menos que de la mano de una mujer, constituye en sí un fenómeno novedoso, no solo para sus propios conciudadanos, sino también para los países vecinos acostumbrados a «intercambiar» durante siglos todo tipo de prebendas y beneficios con gobiernos anteriores.
