México inició su participación en la Copa Oro 2025 con una victoria tan trabajada como sufrida ante una República Dominicana valiente y sin complejos. El SoFi Stadium fue testigo de un duelo que empezó cómodo para el Tri, pero que acabó con el corazón en la garganta.
La superioridad mexicana se reflejó desde el primer tiempo. Edson Álvarez abrió el marcador al minuto 44 con un remate certero tras una jugada bien armada desde la banda. El control del balón, la circulación y la paciencia rindieron frutos al cierre de la primera mitad.
Apenas iniciada la segunda parte, Raúl Jiménez amplió la ventaja con una definición precisa tras un pase filtrado, y poco después César Montes marcó el tercero de cabeza, aprovechando un tiro de esquina. El 3-0 parecía sentencia definitiva… pero los caribeños tenían otros planes.
Contra todo pronóstico, República Dominicana reaccionó con dos goles en apenas cinco minutos. Peter González descontó al 51 y encendió la chispa del orgullo. Edison Azcona, con una gran definición al minuto 67, acercó aún más a los suyos y puso el partido al borde del empate.
México sintió el golpe y perdió claridad. Los cambios buscaron refrescar el medio campo, pero el equipo terminó defendiendo más de lo previsto. El dominio de posesión (67%) y la mayor cantidad de remates no bastaron para transmitir control en el tramo final.
Pese al empuje dominicano, el Tri logró resistir hasta el pitazo final. Los tres puntos se quedaron en casa, pero el margen fue tan estrecho que deja más preguntas que certezas para lo que viene en el Grupo A.
Una victoria que suma, sí. Pero también una advertencia: en la Copa Oro, ya no hay rivales pequeños.