Un amigo que fue docente en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) me mandó un enlace de un webinar sobre el tema: “El cambio climático y la vulnerabilidad en los territorios: caso Tacuba». Karla Lovo, quien estudió la Maestría en Desarrollo Territorial en la UCA, fue a las comunidades y cantones de Tacuba para realizar la investigación.
La profesional desvela la vulnerabilidad de ese distrito, lugar que siempre aparece entre los municipios más pobres de El Salvador. Lovo identifica factores de vulnerabilidad: terrenos inclinados (que permiten la erosión) y otros problemas como la sobrepoblación y la pobreza extrema del municipio. Por lo tanto, el gobierno central debe tomar como referencia el caso de estudio del municipio de Tacuba.
Un estudio científico sobre el cambio climático y la vulnerabilidad en un municipio es diferente a otros. Por ejemplo, en San Salvador, cada invierno hay más inundaciones. Mucha basura no es depositada en sus respectivos lugares y la deforestación aumenta. Es necesario analizar que, mientras más bosques se eliminen, la vulnerabilidad aumenta.
El nivel de vulnerabilidad de El Salvador es aproximadamente del 89%. Además, el territorio y su población están expuestos a terremotos, inundaciones y sequías. Son indicadores preocupantes, ya que resultan difíciles de controlar. En San Salvador hemos visto en los últimos años muchos desastres: casas destruidas y personas fallecidas por el crecimiento de las quebradas. Véase el caso de la comunidad Tutunichapa, la cual será desalojada debido a que fue declarada por Protección Civil como zona inhabitable. Igual problema se evidencia en muchas zonas del país. Los derrumbes e inundaciones son causados por la deforestación. Los suelos, al estar pavimentados, ya no tienen dónde filtrar el agua.
También debe analizarse la franja de territorio salvadoreño con un clima seco y cálido, lo cual la hace vulnerable a eventos climáticos extremos como las sequías. Los agricultores pierden sus cosechas y eso agrava la situación. Es lo que se conoce como el Corredor Seco. Otro problema grave del país es la vulnerabilidad económica. Aproximadamente el 9.3% de la población vive en pobreza extrema y el 30.3% en pobreza general.
El Salvador se está quedando sin bosques, lo que agrava aún más la situación. Según la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES): “El Salvador está muy grave en el tema ambiental. Somos uno de los 15 países más vulnerables del mundo, somos el país con menos acceso al agua en la región centroamericana, tenemos el agua más contaminada de Centroamérica, y eso sin duda afecta todos los bienes y los medios de vida de la población. Tenemos una cobertura vegetal del 27%”.
Es necesario que los ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y de Agricultura y Ganadería (MAG) se preocupen más por enfrentar estos problemas. El ministro del MARN, Fernando López, menciona en la página web: “El Salvador experimenta una degradación ambiental determinada por la deforestación, el deterioro de los suelos, el desarrollo territorial desordenado, la inseguridad hídrica y la alteración climática”.
Las universidades colaboran en realizar estudios sobre vulnerabilidad y cambio climático. Además, existen instituciones como el Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), dirigido por el Dr. Ricardo Navarro, quien ha reiterado en muchas ocasiones la vulnerabilidad del territorio. El Dr. Navarro menciona en una de sus frases: “Si no detenemos el deterioro ecológico, este nos va a detener a nosotros».
¿Cómo podemos erradicar estos problemas? Tiene que haber indicadores de resiliencia climática y crearse políticas territoriales o mapas de los territorios más vulnerables. Con respecto al problema de la pobreza, es importante crear programas de agricultura familiar. Deben establecerse indicadores medibles y un ordenamiento territorial. Muchos desastres se deben al asentamiento de colonias en lugares vulnerables. Es necesaria una educación ambiental y garantizar la alimentación.
Los problemas medioambientales y de vulnerabilidad se agravan en El Salvador. Mientras no tomemos conciencia, seguiremos viendo pérdidas humanas, cosechas destruidas y suelos infértiles.