En Nueva York, en este momento, los diplomáticos de la ONU están reunidos a puerta cerrada para aprobar apresuradamente una declaración que impondrá la famosa “Agenda 2030” como el “plan global” para los próximos cinco años.
Si se aprueba, abrirá la puerta al aborto, anteriormente exigido como “salud reproductiva”, pero hoy, quitándole la palabra ‘reproductiva’ —ya que asesinar bebés indefensos en el vientre materno no tiene nada que ver con la reproducción de nuestra especie—, solapadamente decidieron en esa organización denominarla solamente como ¡‘salud’! ¿Salud? ¡¡Por Dios bendito!! ¿Pero qué se cree la ONU? ¿Acaso cree esa institución que nuestros países, ajenos al Primer Mundo, somos una sarta de poblaciones ignorantes, arcaicas y manipulables, majaderas por tener valores y principios inviolables como “NO MATAR”, por defender nuestra soberanía, nuestras tradiciones culturales, morales, políticas y religiosas?
Sabemos que el gran negocio del aborto explota, engaña y daña a la mujer con embarazo difícil o problemático, y la solución pública es ofrecerle matar a sus indefensos hijitos de la forma más cruel y cobarde. ¿Es eso salud? Las mujeres así necesitan apoyo, no violencia y muerte. Estos últimos son sinónimos de sufrimiento, estigma, dolor, lacra, ruina para la mayoría de madres engañadas por tal institución.
También la ONU estará exigiendo nuevamente la ‘Ideología de Género’ en las escuelas del mundo, para así seguir confundiendo las pequeñas mentes de los niños, a modo de convertirlos sexualmente en lo que no son, o sea, volverse cualquiera de las siglas siguientes: “LGBTIQ+… y” hasta ‘XYZ’. Esto último, que traducido quiere decir: si los niños quieren volverse un chucho, un gato, un perico o lo que sea, lo importante es que no reconozcan su sexualidad masculina o femenina con la que nacieron.
Lo peor, además, es que todo el programa será sostenido mediante fuerte VIGILANCIA GLOBAL, disfrazada de “justicia” y “sostenibilidad”. ¿Cuál justicia? ¿Cuál sostenibilidad? ¿Cuál salud? La ONU, infiltrada por seres de retorcidas mentes, pretende destruir a la humanidad, o a una buena parte de ésta. Esto tal como lo dijo un día Bill Gates: que la tercera parte de la humanidad debe desaparecer.
La gran pensada de ese funesto organismo es que ahora, en primer lugar, el aborto será disfrazado con la palabra “SALUD”; en segundo lugar, la infausta pervertida ‘Ideología de Género’ será enmascarada con la palabra “IGUALDAD”; y en tercer lugar la exigida ‘Vigilancia Global’ será denominada como “SEGURIDAD”.
Nada de esto es progreso: todo, absolutamente todo, es control globalista reempaquetado para engañar a países incautos e ingenuos mediante falacias traidoras envueltas en papel celofán y grandes “chongas” coloradas.
Sabemos que acá el presidente Bukele ha prohibido estas dos crueles, siniestras y degeneradas prácticas, y eso es un verdadero triunfo contra las agendas globalistas de las grandes élites mundiales que mandan en la ONU. Solo pido al señor presidente Nayib estar alerta y no bajar la guardia. Esto, porque hasta ahora la batalla la lleva ganada en bien de la patria.
Ya antes hablé de la ‘Guerra de Gog y Magog’ que, según la Biblia, se daría en los últimos tiempos. Esto es la guerra entre el bien y el mal, entre Satanás y Dios. Y eso es lo que estamos viviendo actualmente con las agendas de la “magnificente” y “nunca antes tan bien ponderada” de la endiablada ONU contra Dios Nuestro Señor.
¡Hay mucho que rezar y pedirle al Señor!
