Washington D.C. – La administración de Donald Trump ha dejado de hablar de eliminar la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés), aunque mantiene sus planes de reducir sus funciones y promover que sean los gobiernos estatales y locales los que principalmente respondan a desastres naturales y otras emergencias.
En momentos en que Trump tiene en marcha un grupo de trabajo que le debe dar recomendaciones en noviembre en torno al futuro de FEMA, un funcionario de la agencia federal dijo que el acercamiento sería como el que ha tenido lugar en la última semana en Texas, tras las graves inundaciones que han costado la vida de cerca de, al menos, un centenar de personas.
“El presidente entregó los fondos de inmediato; Texas ya tiene ese dinero en sus manos, y el gobernador (Greg) Abbott es el principal responsable de la toma de decisiones en lo que respecta a las inundaciones en Texas. Es de esperar que esta estructura, que se ha construido discretamente, continúe”, indicó un funcionario de FEMA al diario The Washington Post.
En Texas, según informes, FEMA tardó tres días en movilizar las unidades de búsqueda y rescate debido a la norma establecida por la secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem –bajo cuyo departamento está esa agencia–, de aprobar cualquier determinación que implique un gasto de más de $100,000.
Cerca de un centenar de personas murieron en el condado de Kerrville, que arrasó una zona que incluyó un campamento para niñas, Camp Mystic, en el que hubo 27 víctimas fatales.
1 / 15 | Inundaciones fatales en Texas: continúan las labores de rescate en medio de la destrucción. Personal trabaja para retirar escombros del puente Cade Loop, en Ingram, el cual sufrió daños tras el desborde del río Guadalupe. – The Associated Press
Tan pronto regresó a la Casa Blanca, en enero, Trump –quien ayer, viernes, visitó la zona más duramente impactada por las inundaciones que asolaron el condado de Kerrville– dijo que prefiere “ver que los estados se ocupen de sus propios problemas”, con relación al manejo de emergencias.
“El concepto de FEMA no ha sido una buena experiencia”, dijo, entonces, Trump.
El viernes, Russell Vought, director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto de la Casa Blanca, señaló que el gobierno de Trump busca “que FEMA funcione bien”.
En mayo, el entonces administrador interino de FEMA, Cameron Hamilton, fue cesado después de declarar ante el Congreso que la agencia no debe dejar de existir. Previamente, Noem testificó ante el Congreso que “FEMA, como existe, debe ser eliminada”.
Pero, tras la emergencia en Texas –que ha levantado críticas sobre la ausencia de alertas a nivel local en el condado de Kerrville–, el mensaje ha estado centrado en servir de enlace con los gobiernos estatales y locales, que se deben encargar de coordinar la respuesta a las emergencias.
“Todo el mundo hizo un trabajo increíble bajo las circunstancias”, indicó el presidente.
A finales de abril pasado, Trump designó a los miembros del grupo de trabajo que le asesorará de cara a su entonces interés en eliminar FEMA. Ese comité –copresidido por Noem y el secretario de Defensa, Peter Hegseth– se ha reunido en dos ocasiones.
Previamente, firmó –el 24 de enero– una orden que le autorizaba a crear ese Consejo Asesor de Revisión de FEMA, que debía reunirse en 90 días, aunque tardó 94 días en nombrar a sus integrantes.
Con una segunda orden ejecutiva –suscrita el 20 de marzo–, Trump dio instrucciones directas a asesores en la Casa Blanca y un plazo de hasta ocho meses para que se le presenten “las revisiones, revocaciones y reemplazos necesarios para reformular el proceso y los parámetros de responsabilidad federal”.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que siguen en marcha las discusiones en torno al rol de FEMA y los estados en el manejo de emergencias.
“El presidente quiere garantizar que los ciudadanos estadounidenses siempre tengan lo que necesitan en momentos de necesidad, ya sea que esa asistencia provenga de los estados o del gobierno federal, ese es un debate político que continuará. Y el presidente siempre ha dicho que quiere que los estados hagan todo lo posible, si no más”, sostuvo Leavitt.
De los $91,460 millones asignados por el gobierno federal para mitigar las recientes emergencias en Puerto Rico –los huracanes a partir de 2017, los terremotos de 2020 y la pandemia de COVID-19–, alrededor de $54,902 millones han sido administrados por FEMA. De esos $54,902 millones, se han desembolsado menos de la mitad, $25,264 millones, aunque los fondos obligados rondan los $51,786 millones.