Felipe Nájera y Jaime Morales hablan de su paternidad

Felipe Nájera y Jaime Morales hablan de su paternidad

Cuando el actor Felipe Nájera se casó con el defensor de derechos humanos Jaime Morales en 2010, tenían claro que al formalizar su relación, también venía con ellos el deseo de convertirse en padres; dos años después adoptaron a Alejandra de cuatro meses de edad.

En entrevista con MILENIO, la pareja abrió su corazón y habló de este hermosa experiencia.

En 2009 se promulgó la ley de matrimonio igualitario en Ciudad de México y el derecho a la adopción para personas del mismo sexo; ahí tomamos la decisión de salir públicamente del clóset, hicimos una estrategia porque había muchas personas promoviendo que éramos una aberración y que no teníamos derechos”, dijo.

Al darse cuenta de que seguían siendo señalados, Nájera le dijo a su pareja que por ser actor alguien podría interesarse en sacar a la luz su historia.

Hicimos pública nuestra relación para que empezara a haber una conciencia y visibilidad de personas como nosotros. Nadie del medio artístico había salido del clóset públicamente, solo Christian Chávez, a quien obligaron a hacerlo de una manera impetuosa porque filtraron fotos de su boda —recordó—. Nos aventuramos en esa visibilización con dignidad y responsabilidad, funcionó y decidimos no solo casarnos sino adoptar”.

Después vino el proceso de adopción que tuvo dos etapas: primero fueron al DIF Nacional y luego decidieron hacerlo en la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México, donde encontraron un mejor camino para cumplir su deseo.

“Sabíamos que íbamos a batallar porque aunque estaba la ley, faltaban las leyes secundarias, los detalles del trato y formatos. Acudimos al DIF Nacional, la batalla no era por ser gay, sino porque la institución estaba muy anquilosada, no había regulación para respetar los derechos de la persona que solicitaba informes. La primera vez que fui me preguntaban por mi esposa y yo les decía que era esposo, le costó mucho trabajo a quien me atendió hablar con una persona gay”.

Al mismo tiempo, contó, se fue reformando todo en las instituciones, porque le dieron talleres a las personas para informarlos.

“Fuimos a la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México, que ya estaba más sensibilizada y eso nos ayudó mucho. Llegamos cuando estaban tratando de hacer nuevas gestiones para que los niños y niñas que estaban en el resguardo salieran de ahí y tuvieran un cuidado personalizado con una familia, para que no sintieran el abandono”, comentó.

Una familia completa

Tener en sus brazos a Alejandra les cambió la vida y dinámica de pareja, para Nájera hay una parte romanizada de la paternidad, que aunque tiene la parte amorosa y sensible, viene con ser responsables.

“Claro que te despierta el anhelo de la paternidad con sentimientos nobles, pero trae consigo la responsabilidad, necesitas tener apoyo psicológico, del entorno, de tu familia y de los amigos —aseguró—. Hacer comunidad es fundamental, tener grupos de apoyo y un trabajo emocional personalizado, porque se te mueven las emociones y surgen miedos, corrimos con suerte y estuvimos acompañados con amigos que nos acogieron y abrazaron mucho”.

Las tareas cotidianas no fueron un tema de discusión para ellos. “Siendo una pareja gay no teníamos roles preestablecidos, como los tienen las parejas heterosexuales, y como nos encantaba estar con ella, corríamos a darle su biberón en la madrugada, después nos turnamos a partir de nuestras actividades profesionales; a la fecha siempre alternamos”, puntualizó.

Cuando llegó el momento de que Alejandra entrara al colegio no tuvieron conflicto gracias a que, según explica Morales, se informaron y buscaron la mejor opción para la familia Morales Nájera.

“La mayoría de las personas no tienen la oportunidad de escoger el colegio para sus hijos, van al que les toca. Algunos padres y madres de la diversidad no tienen clara su posición en la vida, no están orgullosos, ni tienen la narrativa y argumentos para defenderse —precisó Jaime—. Nosotros estamos muy politizados e informados, con acompañamiento psicológico y escogimos la escuela que fue hiper laica desde preescolar hasta la preparatoria”.

Morales asegura que no hay una escuela ni comunidades perfectas. “Tú armas tu entorno, el primer año que llegó Alejandra a la escuela hicimos una comida con todos los padres de su salón, les dijimos que éramos dos señores y que estábamos ahí para sus preguntas. La gente no tiene la obligación de saber, si tu informas y les das oportunidad de expresar sus dudas y miedos, habrá más posibilidades de tener un tránsito más ecuánime, aseveró.

La experiencia de ser padre para Morales lo hizo descubrir su vulnerabilidad en diferentes áreas y descubrir el gran amor paternal que puede sentir.

“Cuando supe que venía Alejandra lo primero que llegó a mi mente fue que no me podía morir, tenía la responsabilidad de acompañar a una hija y a mi pareja con quienes estaba haciendo una familia —sostuvo—; después vino la responsabilidad de estar informado, actuar en consecuencia, ser coherente y, por el lado de la felicidad, fue ver transformar a un ser pequeño en algo hermoso”, sostuvo.

Felipe Nájera y Jaime Morales con su hija Alejandra

La pequeña Ale

Alejandra tiene 13 años de edad, en esta etapa prefiere no dar entrevistas. Morales la describe como una chica amorosa e inteligente con el reto de ser adolescente.

“Esta es una etapa en la que todo el mundo te anticipa que es terrible, pero nunca estás preparado para ser padre de un adolescente; yo soy el práctico y operativo, y Felipe es el confidente, cercano, el del lado emocional y amoroso. Ahí la vamos campechaneando”, compartió.

Su vida es cotidiana, no conversan sobre su dinámica, ser hija de dos hombres no es algo que Alejandra tiene que platicar con ellos, y cuando surgen las dudas obtiene respuestas.

“Para encontrar las respuestas ha tenido que regresar a su origen; en este momento ella está encontrando su propio sentido de la vida, personalidad y fuerzas, se cuestiona de dónde viene, sabe que es adoptada. Lo hemos platicado y llorado e hicimos un duelo para su madre y padre, pues gracias a ellos está con nosotros; no juzgamos a nadie por la situación de dejar a un hijo, finalizó Jaime.

Clave

A celebrar

El día del padre lo van a festejar trabajando en la cafetería El nido de las ninfas, que Nájera tiene en la segunda sección del Bosque de Chapultepec.

Fuentes

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