Guatemala es otro de los países en los que la niñez se enfrenta a la trata con fines de explotación sexual.
El exagente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) de Estados Unidos Tim
Ballard espera establecerse en el país para colaborar con las autoridades, desde el trabajo operativo hasta revisiones del marco legal.
Ballard, como agente del Departamento de Seguridad Nacional, se especializó en investigar crímenes de tráfico humano y pornografía infantil, y, en el 2013, fundó la organización Operación Ferrocarril Subterráneo, que se dedica a apoyar el combate de la trata de menores en varios países.
En una entrevista con Prensa Libre, Ballard habla sobre ese tipo de crímenes y cómo se puede trabajar para reducir su incidencia desde los ámbitos público y privado.
Su trabajo es conocido por infiltrarse en redes de pornografía infantil. ¿Cómo ha sido su experiencia en el combate de la trata de personas?
Yo era operador encubierto, pero me di cuenta, después, de que la trata es internacional. Los traficantes no ven las fronteras; sacan provecho de ellas para mover niños.
Una vez que un niño es transferido a otro país, es casi imposible identificarlo; es muy fácil esconderlo.
Me retiré, porque no podía hacer bien mi trabajo; tenía que tener la habilidad de moverme muy rápido.
Trabajamos en Ucrania después de la guerra. Encontramos pistas de una red en Europa. Siempre, durante o después de un desastre natural o una guerra, los niños son muy vulnerables.
Ahora, como operadores privados, podemos movernos, siempre trabajando con la policía de cada país.
En el caso de Guatemala, hay un problema: hay mucha trata y pocos recursos.
Vamos por toda Latinoamérica, moviéndonos rápido, y tenemos relaciones con casi todos los países. La trata es el crimen que está creciendo más rápido que cualquier otro en el mundo, así que tenemos que prestarle mucha atención.
¿A qué situaciones se han enfrentado en el caso específico de Guatemala?
He trabajado en Guatemala por casi 20 años, incluso con el Gobierno.
Tuve un caso en el que traficantes de México venían a las regiones indígenas y les ofrecían a los padres una supuesta escuela en Quetzaltenango, además de dinero para que su hija trabajara ahí o algo similar, como una esperanza. Pero, en realidad, las llevaban a la frontera con Estados Unidos.
Este mercado es muy grande. En Estados Unidos se consume más pornografía infantil que en cualquier otro país.
Seguimos trabajando en Guatemala. Tenemos casos, pistas, evidencias y estrategias.
En la fundación, consideramos que debemos estar presentes en Guatemala, para reunir a empresarios junto con los gobiernos, para que todos podamos resolver el problema.
Desde su perspectiva, ¿Qué hace falta en el país para combatir la trata y la pornografía infantil?
Lo más importante sigue siendo abrir los ojos. No se trata solo de recibir más recursos, sino de entender cuál es el problema.
Por eso tenemos el documental La guerra escondida. Es la misma historia del caso de Ucrania; abrirá los ojos, como lo hizo Sonido de libertad. Esta vez, cuando lleguemos a Guatemala, vamos con la fundación conectada a la película, para empezar a trabajar de inmediato.
Podemos planear mejor, dar más recursos. Ese es el primer paso: abrir los ojos.
¿Con qué instituciones ya han trabajado?
Hasta ahora, con el Ministerio Público (MP), para combatir la trata, pero también tenemos una alianza con la organización Crime Stoppers.
Trabajamos con las autoridades y, en otros casos, actuamos como consultores. Somos operadores privados; encontramos una estrategia, y así vamos trabajando.
De acuerdo con su experiencia, ¿en qué departamentos la niñez es más vulnerable a ese tipo de situaciones?
Cada región con altos índices de pobreza siempre será más vulnerable.
Siempre se eligen situaciones vulnerables donde es más fácil engañar a los padres y no tienen recursos para cuidar bien a sus hijos.
Son estas regiones donde nos enfocamos más, porque sabemos que ahí está ocurriendo.
¿Cuáles diría que son los mayores obstáculos para combatir este crimen en comparación con Estados Unidos?
Las leyes en cada país son diferentes. En Estados Unidos hay muchas leyes, más que en otros países; entonces, podemos compartir esas ideas.
Por ejemplo, hace unas semanas estuve con el Congreso de Brasil; testifiqué sobre las leyes que deben cambiar. Al final de la semana, ya teníamos escritas unas leyes que están considerando.
Vamos a observar bien el sistema de justicia de Guatemala y ver qué necesita cambiar para ayudar a combatir la trata.
Ya se ha analizado un poco, pero debemos buscar toda la información. Tenemos que obtener datos sobre la trata, para hacer recomendaciones. Debemos trabajar bien con el Congreso, para que puedan fortalecer las áreas que sea necesario.
¿Y ya se están dando algunos acercamientos con diputados?
Ya hemos hablado con ellos, y estamos tratando de fijar una fecha para ir y consultar una reforma legal que nos permita atacar bien ese problema.
¿Cómo es el combate de la trata en un país como Guatemala, que además enfrenta crimen organizado y migración irregular?
Cuando llegamos a un país, consideramos todo eso. Sabemos qué organizaciones están involucradas; entonces, cambiamos los planes que tenemos.
Estando con el Gobierno y con nuestros operadores, podemos analizar si hay una organización criminal involucrada.
Cada caso es muy diferente, pero siempre consideramos si hay una organización criminal. Sí hemos tenido ese problema y sabemos cómo infiltrar. Ante cualquier situación, tenemos la respuesta.