Madrid. El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, presentó su renuncia en medio de una investigación canónica por presunta pederastia, la cual fue aceptada por el papa León XIV, informó este sábado la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Como sucesor, el pontífice nombró a Ramón Darío Valdivia Giménez, hasta ahora obispo auxiliar de Sevilla.
Zornoza, de 76 años, es investigado por presuntamente haber agredido sexualmente a un menor en la década de 1990, cuando era sacerdote y dirigía el seminario de Getafe, según reveló el diario El País y confirmó la diócesis la semana pasada.
Aunque el caso está prescrito a nivel penal en España, fue trasladado a la Santa Sede a principios de año, tras una denuncia enviada al Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Según El País, la oficina vaticana consideró “creíbles” los hechos y ordenó la apertura de una investigación interna.
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La CEE no mencionó la investigación en su nota de prensa, limitándose a informar del nombramiento del nuevo obispo y de la aceptación de la renuncia.
En un audio divulgado por la diócesis de Cádiz, Zornoza agradeció al papa por aceptar su renuncia, argumentando que ahora podrá dedicarse a preparar su defensa ante lo que calificó como una “acusación injusta y falsa”.
El secretario general de la CEE, Francisco García Magán, pidió el viernes “respeto a la presunción de inocencia”.
Iglesia bajo presión por casos de abuso
La renuncia ocurre en un momento en que la Iglesia católica española enfrenta un escrutinio sin precedentes por su manejo de los casos de abuso sexual.
Tras años de críticas por falta de transparencia, la CEE accedió en 2022 a investigar los casos de pederastia dentro de la institución y este año habilitó un sistema para recibir denuncias y ofrecer reparaciones.
Hasta este viernes 21 de noviembre, ese mecanismo había recibido 101 denuncias, de las cuales 58 habían sido “resueltas”, según la CEE, sin especificar si ello implicó indemnizaciones o medidas disciplinarias.
Un informe histórico del Defensor del Pueblo estimó que más de 200.000 menores fueron víctimas de abusos por parte de religiosos católicos en España desde 1940. La Iglesia, sin embargo, reconoce en un informe posterior 1.057 casos.
La renuncia de Zornoza, acompañada por el nombramiento inmediato de su sucesor, evidencia la presión creciente dentro del Vaticano y de la Iglesia española por atender con mayor rigor las denuncias contra miembros del clero.











