El último viaje del presidente de la República, José Rául Mulino, trajo consigo noticias importantes en lo relativo al Canal de Panamá: Brasil anunció su intención de adherirse al protocolo del Tratado de Neutralidad y autoridades de Japón dijeron que estudiarían hacer lo mismo.
En su regreso a suelo panameño, Mulino resaltó en su conferencia de prensa del jueves 11 de septiembre el avance con los gobiernos de Brasil y Japón para completar su adhesión al protocolo del Tratado de Neutralidad, depositado en la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Como en todos los países, es un proceso de índole más parlamentario que Ejecutivo. El [Órgano] Ejecutivo toma la decisión, pero al final del camino hay que hacer el trabajo a nivel de parlamento”, explicó el mandatario al referirse al análisis que llevaría a cabo Japón.
En el caso de Japón, Mulino explicó que tanto miembros de la Liga Parlamentaria de ese país, como el ahora exprimer ministro, Shigeru Ishiba —quien renunció a su cargo días después de la visita de Mulino—, manifestaron que estudiarían la adhesión. Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, anunció la intención del Ejecutivo brasileño de aherirse al protocolo.
La resolución 324 de 1978 de la OEA explica en sus líneas parte del procedimiento para unirse al protocolo, tras la firma de los tratados Torrijos-Carter —incluido en ellos el de Neutralidad— en 1977. Allí indica que la invitación a los Estados del mundo a unirse al protocolo, se efectúa “de conformidad con sus respectivas normas constitucionales”. Dicha resolución fue usada como base por el parlamento de Costa Rica para adherirse al tratado en 1981.
Para el internacionalista y catedrático universitario, Euclides Tapia, el proceso es sencillo: “es ante la OEA que deben presentar la solicitud para adherirse al protocolo”, señaló.
En el caso de Brasil, por ejemplo, su Congreso [parlamento] podría tomar decisiones definitivas [finales] sobre acuerdos o tratados internacionales, según dispone su constitución. No obstante, Tapia considera que el trámite en la OEA puede efectuarse al ser este ente regional el depositario del protocolo del tratado para todas las naciones.
A pesar de que el Tratado de Neutralidad fue convenido por Estados Unidos y Panamá, su artículo séptimo invita al resto de los países del mundo a compartir sus objetivos, incluido el respeto irrestricto a la neutralidad del Canal en tiempo de guerra y tiempo de paz; así como para que permanezca seguro y abierto al tránsito de naves de todas las naciones.
El último país en adherirse al protocolo, fue Francia en 1999, sin ser miembro de la OEA; un camino que podría seguir Japón si así lo definieran sus parlamentarios —que ahora enfrentan una suerte de crisis política por la dimisión del primer ministro—.
El excanciller y negociador de los tratados, Jorge Eduardo Ritter, pondera la expresa intención del presidente brasileño de adherirse al protocolo del Tratado de Neutralidad. “En 20 años se adhirieron 40 países [entre los 70´s y 90´s]. En los últimos 25 años no se ha adherido ningún país, excepto Brasil, ahora, a raíz de la visita del presidente Mulino”, detalló.
Tapia, por su parte, pondera sobre todo el mensaje que envía el anuncio de Brasil, acotando que fue una jugada diplomática que “aprovechó” las tensiones entre Da Silva y el presidente estadounidense, Donald Trump, particularmente en el conflicto por aranceles entre ambas naciones.
Ambos expertos plantearon la importancia de la neutralidad como la única defensa de la vía interoceánica y la importancia de las adhesiones al tratado. Tanto Brasil como Japón forman parte del G-20, el grupo de las 20 más grandes economías a nivel global.