Los usuarios podrían contar con tarifas de electricidad más estables y razonables, contratada en licitaciones, según adelantó la administradora de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), Zelmar Rodríguez, durante el Café con La Prensa titulado “Educación y Energía: claves para un futuro sostenible en Panamá”.
Rodríguez explicó que el objetivo es evitar que los consumidores enfrenten fluctuaciones pronunciadas en la factura eléctrica, especialmente por el impacto del mercado ocasional, donde la energía puede resultar más costosa.
El mercado local de clientes está compuesto por más de un millón de usuarios que facturan el servicio de energía eléctrica con las tres distribuidoras en todo el país: ENSA (561,850), Edemet (591,421) y Edechi (186,939).
“El Presidente ha sido claro: quiere tarifas mucho más estables, más razonables e incluso más bajas que las actuales. Para lograrlo, debemos trabajar en conjunto con Etesa y con la Secretaría de Energía, a fin de garantizar licitaciones que cubran la demanda de energía de las distribuidoras con costos más eficientes”, señaló. “Que la energía requerida esté contratada al 100%”, añadió.
La administradora recordó que el regulador fija el Ingreso Máximo Permitido (IMP) para las distribuidoras, es decir, el monto que pueden recibir a través de la tarifa en un periodo de cuatro años, destinado a cubrir gastos de operación, mantenimiento, rentabilidad e inversiones en proyectos de infraestructura. Con base en ese parámetro se estructuran los pliegos tarifarios.
Rodríguez se refirió también al fallo pendiente de la Corte Suprema de Justicia sobre una demanda presentada contra el pliego tarifario.
Mientras se resuelve el proceso, la ASEP aplicó un pliego tarifario previo que resultó en tarifas temporalmente más bajas, lo que generó la percepción de una reducción cercana al 15%, particularmente para los clientes de ENSA.
“Cuando la Corte falle, y si lo hace en contra del que demandó, podría parecer que la tarifa sube, pero en realidad se estaría aplicando el pliego que asegura las inversiones que las distribuidoras están obligadas a hacer”, explicó.
La funcionaria subrayó que el compromiso de la ASEP es lograr un balance entre tarifas accesibles, inversiones eficientes y calidad en el servicio.
Sin embargo, alcanzar tarifas más estables no depende de una sola variable. Influyen factores externos como el aumento en la demanda, la volatilidad del precio de los combustibles y hasta el comportamiento del clima, que determina la disponibilidad de energía hidroeléctrica. Pero más allá de esos elementos, el papel de los actores del sistema —regulador, generadores, transmisores y distribuidoras— resulta clave para que el consumidor final no experimente cada seis meses el impacto de un ajuste tarifario, sino que perciba un servicio confiable y con costos previsibles.
Un elemento que también marcará el panorama energético en los próximos años es la venta del paquete mayoritario de acciones de las distribuidoras ENSA y Naturgy (Edemet y Edechi).
Ambos contratos vencen en 2028, pero ya se ha iniciado un proceso de preparación para definir a los futuros operadores.
“Queremos garantizar que las distribuidoras asuman mayores responsabilidades para brindar un servicio de calidad. Establecer tarifas justas para que ese famoso recibo de luz no sea una carga injusta para Panamá, sino un reflejo de un servicio que realmente responde a lo que el ciudadano merece”, dijo.
Etesa se propone modernizar su red y avanzar en interconexión con Colombia
En el conversatorio Café con La Prensa, se presentaron los planes de Etesa enfocados en la repotenciación de las líneas de transmisión existentes y en el impulso de la interconexión eléctrica con Colombia, un proyecto que —según se indicó— vuelve a tomar fuerza tras casi dos décadas de estudios y debates.
El gerente general de la estatal Etesa, Roy Morales explicó que la estrategia se sustenta en el Plan de Expansión del Sistema Interconectado Nacional (PESIN), documento que traza las necesidades y proyecciones del sector a 15 años y que se actualiza anualmente ante la ASEP.
Actualmente, Etesa cuenta con 19 subestaciones y tres más en construcción con miras al 2028, lo que permitirá robustecer la capacidad de transmisión y atender la creciente incorporación de energías renovables, en particular solar.
En cuanto a la red existente, Morales informó que la línea 1 de transmisión —con más de 60 años de operación— ya fue repotenciada, y se prevé que la línea 2 siga el mismo proceso en 2025, lo que garantizará mayor capacidad para transportar energía hacia las distribuidoras y atender la demanda futura.
Uno de los ejes centrales del plan es la Interconexión Panamá–Colombia, proyecto concebido desde 2004 y que ahora busca materializarse bajo la sociedad ICP, con participación de las empresas transmisoras de ambos países.
El proyecto contempla 500 kilómetros de línea, de los cuales 220 km serían aéreos en Panamá, 120 km submarinos y 150 km terrestres en Colombia. Se estima una inversión cercana a $800 millones, con tecnología en corriente directa, lo que aportaría beneficios técnicos, ambientales y económicos.
“Con esta obra Panamá se consolidaría nuevamente como un hub energético, el puente de la energía entre Sudamérica y Centroamérica, con posibilidades de conexión futura hacia Norteamérica”, subrayó Morales.
El gerente enfatizó que todo avance debe manejarse dentro del marco regulatorio y con estricta consideración de los impactos ambientales y sociales. “La electricidad es progreso, pero también exige consultas transparentes con las comunidades”, apuntó.
Finalmente, Morales reconoció que Etesa enfrenta el reto de fortalecer sus finanzas y optimizar su desempeño legal y administrativo.
Bioetanol como eje de la nueva política energética
Como parte de las políticas energéticas, el secretario Nacional de Energía, Rodrigo Rodríguez, destacó que la agenda energética del país impulsará de manera decidida el uso de bioetanol en los combustibles, como parte de la transición hacia una matriz más limpia, diversificada y segura.
“Vamos a impulsar decididamente realizar las mezclas en los combustibles para fomentar el empleo, para fomentar el agro y esa es nuestra misión”, subrayó Rodríguez durante su participación en Café con La Prensa. A su juicio, el bioetanol representa no solo un camino hacia la descarbonización, sino también una oportunidad de desarrollo para el sector agrícola nacional.
“Las políticas públicas energéticas son herramientas de beneficio social y de competitividad”, aseguró, al explicar que estos proyectos serán acompañados de marcos regulatorios claros que den confianza a los inversionistas y seguridad a los usuarios.
Rodríguez, con más de 30 años de experiencia en regulación y mercados eléctricos, recordó que la educación es clave para comprender la magnitud de los retos en el sector. “Sin conocimiento no hay posibilidad de un futuro mejor”, dijo, al señalar que la energía debe beneficiar a todos los panameños.
El secretario de energía adelantó que el nuevo Plan Energético Nacional definirá las prioridades del país en movilidad eléctrica, electrificación de la economía, integración regional y biocombustibles. “Cada vez que se arranca un motor o se enciende un aparato eléctrico en nuestras casas, detrás de eso hay decisiones de política, de inversión, compromisos sociales y ambientales”, concluyó.