El 87 % de la droga que circula en el continente americano hacia Estados Unidos –el mayor consumidor del mundo– y Europa, se mueve por el Pacífico. Así lo informó el Reporte Mundial sobre Drogas 2025, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), que además explicitó que solo el 5 % de ese tráfico intenta usar a Venezuela como ruta.
También, el documento informa que del total de la producción global de cocaína, el 61 % recae en Colombia, seguida por Perú y Bolivia. Sin embargo, los cañones de la concentración naval que forman parte de la supuesta guerra contra las drogas, que lleva a cabo EE. UU. en el sur del Caribe, no apuntan a otro sitio, sino a la cuna de Bolívar y de Chávez.
Al respecto, Delcy Rodríguez, vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, aseguró que su país «no figura como actor relevante en el tráfico de drogas, según los informes internacionales oficiales elaborados durante los últimos 27 años». De igual forma, apuntó que esa nación «ha dado un extraordinario desempeño para frenar la presión desde países productores y evitar que nuestro territorio se convierta en zona de tránsito, cultivo o acopio de drogas».
Precisamente, una de las matrices (des)informativas que intentan levantar contra el Estado venezolano es, de acuerdo con el ministro de Defensa, general en Jefe Vladimir Padrino López, asegurar «que somos protectores de los grupos armados de Colombia y les damos asilo».
Venezuela limita al oeste con ese país, siendo Zulia, Táchira, Apure y Amazonas los estados colindantes, de manera que los llamados grupos Tancol: terroristas armados narcotraficantes de Colombia, han pretendido, históricamente, cruzar la línea fronteriza sin consentimiento del Gobierno venezolano, lo cual constituye una violación a su soberanía.
Ante esa situación, el Estado bolivariano despliega, anualmente, operativos para evitar que se siembren, se procesen o se distribuyan drogas usando esas rutas binacionales.
Hoy, mientras la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (fanb) se encuentra desplegada en todo el territorio, ante las amenazas imperialistas se ha reforzado la actividad en esas zonas que conectan directamente a las dos naciones, como parte de la lucha contra el narcotráfico.
Con ese propósito se llevan a cabo labores de patrullaje; reconocimiento aéreo, terrestre y fluvial; escudriñamiento y saturación a lo largo y ancho del espacio venezolano, para lo cual se han desplegado numerosas Unidades de Respuesta Rápidas (Urras), con el objetivo de garantizar la paz y seguridad de los pueblos fronterizos.
En un balance de los últimos siete días, se informó que en las fronteras fueron hallados materiales y medios pertenecientes a los grupos estructurados de la delincuencia organizada, que pretendían transportar estupefacientes y sustancias sicotrópicas. También se capturaron a varios ciudadanos de distintas nacionalidades, involucrados con los equipos y los útiles incautados. Y se desarticularon grupos dedicados a la minería ilegal.
La densa vegetación en manglares y áreas verdes de las fronteras colombovenezolanas resulta llamativa para establecer centros logísticos asociados al narcotráfico colombiano. Es por ello que las operaciones de los cuerpos de seguridad venezolanos actúan allí con mayor incidencia.
Es, sin duda, una operación que, solo con esfuerzo sostenido, puede lograr sus metas que son, al decir de Padrino López, tener una frontera sana, sin narcotráfico, sin mafias, sin grupos armados, para la paz de los pueblos fronterizos, y llevar a cabo un gran plan de desarrollo que beneficie a ambos países, tomando los criterios de unidad latinoamericana de Simón Bolívar.
Y, como en este contexto de guerra cognitiva las falsas noticias son «tejidas a mano» por la Casa Blanca, tras ser reiterado el operativo de las autoridades venezolanas contra el narcotráfico, la ultraderecha nacional, al amparo de Washington, promueven desde ayer, en redes sociales, la supuesta presencia de un helicóptero estadounidense en las proximidades de uno de los territorios insulares del país sudamericano. El Ministerio para la Defensa explicó que esto serviría para prefabricar un accidente y justificar una escalada bélica.