A pesar de los avances en digitalización, muchos usuarios, organizaciones e incluso instituciones públicas siguen sin comprender a fondo qué implica protegerse en el entorno virtual. En lugar de asociarla únicamente con herramientas tecnológicas o departamentos especializados, la ciberseguridad debe entenderse como un componente transversal de la vida moderna. Desde el acceso al correo electrónico hasta las operaciones financieras, prácticamente todo depende de sistemas digitales cuya vulnerabilidad afecta a toda la sociedad.
Consciente de esta realidad, la Universidad Fidélitas, reconocida por su liderazgo en carreras tecnológicas, ha fortalecido su oferta académica con programas como la Ingeniería en Seguridad Informática o Ciberseguridad, que forma profesionales capaces de enfrentar amenazas cibernéticas con criterio técnico y estratégico.
¿Qué es la ciberseguridad y por qué se ha vuelto indispensable?
La ciberseguridad abarca el conjunto de conocimientos, herramientas y estrategias destinadas a proteger sistemas, redes y datos frente a accesos no autorizados, fraudes o ataques. Su finalidad no es únicamente evitar pérdidas de información, sino garantizar la continuidad de los servicios digitales y salvaguardar la privacidad de los usuarios.
Según Wilberth Molina Pérez, decano de la Facultad de Ciencias de la Computación de la Universidad Fidélitas, “la ciberseguridad no es estática. Lo que hoy funciona, mañana puede quedar obsoleto. Por eso se requiere una formación sólida y una actualización constante”.
En este contexto, contar con profesionales capacitados deja de ser una aspiración para convertirse en una condición indispensable para la seguridad institucional, empresarial y ciudadana.
Las amenazas más comunes en el entorno digital
El entorno digital representa una fuente constante de oportunidades, pero también expone a las personas y organizaciones a riesgos crecientes. Estos son algunos de los ataques más frecuentes:
- Phishing: Suplantación de identidad mediante correos o mensajes engañosos que buscan robar datos personales o financieros.
- Malware: Software malicioso como virus o troyanos que se instalan sin consentimiento y dañan sistemas o roban información.
- Ransomware: Bloquea el acceso a archivos y exige un pago para liberarlos. Ha afectado instituciones públicas en el país.
- Spyware y adware: Programas que espían la actividad del usuario o saturan los dispositivos con publicidad invasiva.
- Ingeniería social: Estrategias de manipulación emocional para inducir a las personas a entregar información confidencial.
Ante este panorama, los estudiantes de Ingeniería en Seguridad Informática de Fidélitas reciben formación práctica en el análisis y neutralización de este tipo de amenazas, gracias a laboratorios virtuales y escenarios simulados que replican situaciones reales.
Costa Rica y su realidad frente a los ciberataques
Costa Rica ha enfrentado una ola de ciberataques en los últimos años, algunos de ellos con consecuencias críticas para el funcionamiento de servicios públicos. El caso más emblemático ocurrió en 2022, cuando los sistemas del Ministerio de Hacienda y la Caja Costarricense de Seguro Social fueron comprometidos, lo que generó la suspensión de múltiples servicios esenciales.
A pesar de estos antecedentes, muchas organizaciones aún no cuentan con políticas claras de ciberseguridad, protocolos de respuesta ni personal especializado. Esta brecha entre el riesgo real y la capacidad de respuesta plantea serios desafíos.
“Existe una gran cantidad de empresas y personas que han sido víctimas de ataques, pero no lo dicen por temor o vergüenza. Eso impide dimensionar la magnitud real del problema”, advirtió Molina.
¿Cómo puede usted protegerse? Buenas prácticas digitales
La seguridad en línea no depende únicamente de sistemas tecnológicos avanzados. También requiere hábitos digitales responsables y conciencia individual. Entre las recomendaciones principales están:
- Utilizar contraseñas robustas, únicas y cambiarlas con regularidad.
- Activar la autenticación multifactor en todos los servicios posibles.
- No abrir enlaces ni archivos adjuntos de remitentes desconocidos.
- Descargar software únicamente desde sitios oficiales.
- Mantener todos los dispositivos, navegadores y antivirus actualizados.
“Hay algo muy importante y es el proceso de lo que se conoce como el eslabón más débil en una cadena de seguridad: el ser humano. Por eso, la educación en buenas prácticas es clave para prevenir ataques”, subraya Molina.
Este tipo de educación digital también forma parte del plan de estudios de Fidélitas, que promueve una cultura de prevención y conciencia desde el primer cuatrimestre de la carrera.
La formación académica: clave para enfrentar los riesgos digitales
Ante este panorama, la formación profesional en ciberseguridad se vuelve una necesidad estratégica. No basta con saber manejar herramientas técnicas; se requiere pensamiento crítico, análisis de riesgos y capacidad de respuesta ante incidentes reales.
La Universidad Fidélitas responde a esta necesidad mediante la carrera de Ingeniería en Seguridad Informática o Ciberseguridad, un programa que combina formación teórica con práctica constante en entornos virtuales simulados y el respaldo de docentes activos en el sector tecnológico.
“Nuestros docentes están activos en la industria. Eso les permite formar profesionales con una visión práctica y actual, preparados para adaptarse a nuevas amenazas con rapidez”, destacó Molina.
Una formación con visión de futuro
El programa se basa en la Metodología STEM, que promueve la resolución de problemas reales mediante pensamiento crítico y aplicación práctica. Además, incorpora laboratorios tecnológicos de última generación y fomenta una cultura de actualización continua, esencial en un campo donde las amenazas evolucionan a diario.
En un país que ha demostrado ser blanco de ataques sofisticados, la mejor defensa es el conocimiento. Apostar por una formación de calidad en ciberseguridad no solo protege a las personas y a las organizaciones, sino que también fortalece la seguridad y la soberanía digital de Costa Rica.