Este grupo delincuencial, contrario a lo que creíamos, no toma su nombre del sindicato de obras del tren del centro de Venezuela. Se originó en la cárcel y desde allí ejerce su gobernanza criminal desde Chile a EE.UU. «Tren» es una forma en el argot delincuencial venezolano de referirse a la variante salvadoreña de «maras» o «cártel» de droga. Existen en el archivo policial Tren del Llano, de Oriente, del Norte y de Guayana. Tren de Aragua (TDA) tiene el objetivo de diferenciarse y definir su territorio de operaciones. Tuvo 5 fundadores: Carlitos Breaker, Chino Pedrera, Larry Changa, Yohan Petrica y Niño Guerrero. Todos ellos se conocieron mientras guardaban prisión por homicidio y narcotráfico en el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, pueblo del municipio de Zamora del Estado Aragua, Venezuela. Nunca tuvieron empleo formal.
TDA surge por 2 causalidades sociológicas: Aragua es un área de grandes industrias, además de polo militar que incluye fábricas de armamento, municiones y explosivos, lo que predispone una cultura de poder, jerarquías, castas y pobreza. Y 2.º, a principios del siglo XXI, es una época en que el control de bandas criminales en las cárceles venezolanas se imponía frente a la pasividad/complicidad de las autoridades penitenciarias. De 105 penales que hay en Venezuela, 8 están bajo control de TDA, 15 tienen mando mixto criminales/autoridades y el resto, se supone, bajo control del gobierno.
Fuera de la cárcel de Tocorón, o Casa Grande (como le llama TDA), los barrios de San Vicente y San Mateo sirven de enclaves importantes. TDA tiene una ONG: Somos el Barrio JK, que atiende necesidades escolares, ornato, violencia intrafamiliar, reciclaje y el negocio de la basura.
La periodista Ronna Rísquez registra en su libro TDA, la existencia de la banda desde 2014-2015, luego de una embrionaria purga interna y un megaoperativo policial en San Vicente que ayudará a definir los cabecillas que, a día de hoy, controlan TDA: Carlitos Breaker, que apareció en la periferia de Caracas desmembrado por una motosierra en 2015, y el Chino Pedrera, asesinado por su seguridad en 2016 en su casa.
La impunidad con que TDA opera la residencial de lujo que es el penal de Tocorón, asesinatos sin aclarar de adversarios del chavismo y convivencia entre agentes del gobierno hacen sospechar a algunas agencias de EE.UU. que la banda criminal trabaja u opera en asociación o para el gobierno venezolano. La DEA, en 2018, cuando encontró en los celulares de los sobrinos de la esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores, al ser arrestados en Haití, fotos del cuerpo mutilado de Carlitos Breaker, sospechó complicidad en el ajusticiamiento. Los primos Flores fueron condenados a 18 años de cárcel por conspirar y traficar drogas en EE.UU., pero en 2022 fueron liberados por el gobierno de Joe Biden.
Larry Changa, que logró evadir 17 años de cárcel gracias a amañadas resoluciones judiciales, apareció en Chile, de donde también logró escapar. Fuentes de la policía científica venezolana creen que, en 2022, entró con toda su familia vía México a EE.UU. El operativo policial de 2015 en San Vicente hizo correr el rumor de que Yohan Petrica había muerto; sin embargo, además de establecer su familia en Brasil, terminó en 2017 apareciendo como el tercero al mando del sindicato del Arco Minero del Orinoco, Las Claritas, kilómetro 88.
Diario El Impulso publicó la acusación del diputado Américo de Grazia denunciando que Diosdado Cabello, líder del PSUV, tenía de operador político en las minas Claritas a Yohan Petrica. La denuncia no pasaría de ser un mero acto opositor si no fuera porque, ya en 2018, reos del penal de Aragua fueron prestados a narcos de Sucre para trabajar en sus operaciones.
El más famoso es Niño Guerrero, ya que sus lugartenientes han realizado crímenes escandalosos por Sudamérica que él ordena desde la cárcel de Tocorón, donde dirige con toda libertad la organización. Es evangélico, como su mamá. Respeta y exige respeto para los cristianos en la cárcel. No tolera los falsos cristianos; por eso, cuando descubre alguno, ordena torturarlo.
