La ruta hacia el 1 de julio, fecha en que se renovará la directiva de la Asamblea Nacional, está lejos de ser una simple negociación de bancadas. Es, más bien, un tablero en ebullición donde cada movimiento, una llamada, un café entre pasillos o una ausencia en una reunión, puede inclinar la balanza. Por ahora, no hay una mayoría clara ni un acuerdo cerrado. Pero lo que sí está sobre la mesa son múltiples estrategias, alianzas aún en construcción y líneas rojas que anticipan una contienda reñida y posiblemente impredecible.
Realizando Metas: una candidata, un peso incómodo
Realizando Metas (RM), con 14 diputados y el liderazgo aún orbitando en torno a Ricardo Martinelli, desde su asilo en Colombia, fue el primer colectivo en mover ficha formalmente. Su candidata es Shirley Castañedas, diputada que presidió la poderosa Comisión de Credenciales este último año y abogada personal del expresidente. Su postulación no solo consolida el peso simbólico de Martinelli en el Legislativo, sino que activa resistencias dentro y fuera del hemiciclo.
Castañedas representa mucho más que una opción interna: es el rostro de una bancada que aún responde, en gran medida, al liderazgo de un condenado por blanqueo de capitales en el caso New Business, y eso no pasa desapercibido. Bancadas como “Seguimos” ya han trazado una línea clara. “No vamos a votar por nada que huela a RM”, sentenció el diputado Ernesto Cedeño, dejando claro que, con ellos, ese camino está cerrado.
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El bloque Panameñista-CD: aún sin carta, pero con fuerza negociadora
En la acera del frente, Cambio Democrático y el Partido Panameñista, cada uno con ocho curules, apuestan por una decisión conjunta. Tienen, en conjunto, dos votos más que RM, pero aún no tienen candidato. No obstante, suenan algunos nombres: Jorge Herrera, actual jefe de bancada, y Ariana Coba, diputada chiricana que se estrenó en la Asamblea el 1 de julio de 2024. Su reto no es menor: ofrecer una alternativa viable y seductora para otras bancadas que no quieren sumarse a RM, pero que tampoco están dispuestas a regalar su voto.

La reunión entre ambas bancadas está prevista para este viernes. Allí se definirá si la alianza sobrevive a la presión interna y si podrán presentar una propuesta conjunta que les dé opciones reales en la votación.

Vamos: la fuerza más grande, pero aún sin decisión
Con 18 diputados, Vamos es la bancada más numerosa del Legislativo. No obstante, el número no garantiza el liderazgo si no se traduce en consensos. El grupo tiene contemplado reunirse mañana sábado para definir su estrategia, aunque ya hay señales de interés en algunos puestos: los diputados Augusto Tuto Palacio y Alexandra Brenes suenan como aspirantes a alguna de las dos vicepresidencias.
Vamos, por ahora, es visto como un actor impredecible pero influyente, cortejado por varios bloques. Por ahora lo que se sabe es que tampoco apoyará a Shirley Castañedas ni a ningún candidato que represente a lo que llaman “la vieja política”. Sin embargo, sin una postura definida, corre el riesgo de pasar de ser una fuerza decisiva a una espectadora del juego de mayorías.
Por estos días, mientras las demás bancadas afinan cálculos y negocian cuotas, Vamos se prepara para algo más que la disputa por la directiva. El próximo lunes a las 8:30 a.m., en un hotel capitalino, celebrarán un evento público de rendición de cuentas donde presentarán los principales resultados de su primer año en el Legislativo y delinearán los próximos pasos de su agenda de transformación política.

LP/Richard Bonilla
Los independientes y mixtos: rechazo a RM y fragmentación
La bancada mixta, que suma cinco diputados tras la incorporación de Manuel Cheng (ex Vamos), ya avisó que tendrá candidatura propia y que no apoyará a RM. Esto es significativo: aunque sus votos son pocos, podrían inclinar la balanza en una votación apretada, o bien reforzar un tercer bloque emergente. Su decisión deja a RM más solo de lo que aparenta en los números.

La bancada Seguimos, que incluye a tres diputados de MOCA y al independiente Betserai Richards, también ha hecho pública su posición: ningún acuerdo con RM.
“Hemos decidido que no vamos a votar por nada que huela a RM”, dijo el diputado Ernesto Cedeño a este medio
Esta postura refuerza el cerco que enfrenta Shirley Castañedas y evidencia que los 14 votos de RM pueden no alcanzar si el resto del hemiciclo se coordina.

Patsy Lee, del Partido Popular, se mantiene al margen. Aseguró a La Prensa que no se unirá a ninguna bancada. Tampoco ha definido su voto. Su decisión puede ser clave si la elección llega a una segunda vuelta cerrada.
PRD: la maquinaria que sobrevive a todo
El Partido Revolucionario Democrático (PRD), con 13 diputados, es otro bloque importante. Se reunió el pasado miércoles, pero no definió aún una postulación concreta. El nombre de Raphael Buchanan circula como posible candidato, pero por ahora es solo eso: un nombre. El PRD se enfrenta al dilema de si jugar solo, aliarse con sus viejos amigos o convertirse en árbitro entre bloques.

El 1 de julio de 2024, este colectivo que tiene como presidente al diputado Benicio Robinson votó a favor de Dana Castañeda, actual presidenta de la Asamblea. No se descarta que en esta ocasión respalden a Shirley Castañeda. Sin embargo, incluso con los 13 votos del PRD, a la candidata respaldada por Martinelli no le alcanzan los números.
Una elección en tiempo real
Con tantos actores y tan pocos acuerdos cerrados, la presidencia de la Asamblea se perfila como una elección que no se definirá hasta último minuto. Las negociaciones seguirán este fin de semana, y cada bloque mide sus cartas con cautela. Nada garantiza que los pactos que hoy se tejen sobrevivan hasta el lunes o hasta el martes 1 de julio.

En la Asamblea Nacional, el ajedrez político nunca se juega solo sobre el tablero. Las piezas se mueven también en los pasillos, en las llamadas al filo de la noche, en las promesas implícitas.
El 1 de julio, como tantas veces, no solo se elige una presidencia: se mide el pulso político del país. Y el resultado puede marcar el tono de lo que viene. Por lo pronto tienen el reto de responder a demandas urgentes como la lucha contra las irregularidades en las planillas, el debate del presupuesto del Estado y la posible reforma del reglamento interno.