En medio de la crisis hídrica que golpea a la región de Azuero, el director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Rutilio Villarreal, compareció ante la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional para sustentar un traslado de partida por 15 millones de balboas, para mejora en varias potabilizadoras y acueductos.
Durante su intervención, el funcionario reconoció que la situación del río La Villa, principal fuente de agua para la región, es consecuencia de décadas de abandono y degradación ambiental.
Villarreal advirtió que el Estado panameño debe actuar con urgencia para que esta crisis no se repita el próximo año. “La gente en Azuero debe tener la seguridad de que puede consumir el agua que le sale del grifo”, afirmó ante los diputados, al tiempo que reiteró que no se trata de un problema nuevo, sino de vieja data, producto del descuido sistemático de la cuenca del río La Villa.
“El río La Villa es nuestra principal fuente de abastecimiento, tanto para potabilizar como para la producción de alimentos”, subrayó Villarreal, quien abogó por un abordaje integral que involucre al Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), el Ministerio de Salud (MINSA) y al propio Idaan, como principal usuario de la cuenca. “Esto ya es una nueva realidad”, sentenció.
El director detalló que las plantas potabilizadoras han tenido que detener operaciones debido a los elevados niveles de materia orgánica en el agua, que superan los límites establecidos por las normas. “Ya no tenían capacidad de tratar esa agua. Lo que tomó 30 o 40 años en dañarse no se puede recuperar en una semana”, explicó. “Nos toca bregar con la nueva condición de calidad del agua cruda en el río”.
Villarreal adelantó que los técnicos del Idaan han dimensionado las adecuaciones necesarias para las cuatro plantas que dependen del río La Villa: Roberto Reina en Chitré, la de Los Santos, Macaracas y Llano de Piedra. Estas obras serán presentadas al Consejo de Gabinete como parte del estado de emergencia declarado por el Ejecutivo.

Entre las medidas inmediatas se contempla dividir la red en circuitos hidráulicos para facilitar su desinfección. “Tenemos 360 kilómetros de tubería que debemos desinfectar. Eso no se hace en una semana. Necesitamos planificación y también la cooperación de la población”, dijo Villarreal. Recalcó que la limpieza se hará por fases: primero las plantas, luego los tanques y, finalmente, la red de distribución.
El proceso de desinfección y rehabilitación será largo, costoso y posiblemente molesto para los usuarios. “Va a tomar tiempo, va a costar muchísimo dinero y va a causar algunas molestias”, reconoció el director, quien se comprometió a mantener una comunicación clara con la ciudadanía durante cada etapa del plan de recuperación.

En paralelo, el Ministerio de Ambiente lidera los trabajos de remediación en la cuenca del río La Villa. Villarreal indicó que los detalles específicos de estas labores serán comunicados por esa entidad, pero aseguró que ya se está trabajando en ese frente. “Nosotros somos responsables de potabilizar, pero el saneamiento del río es una tarea compartida”, apuntó.
Al final de la sesión, Villarreal recordó su compromiso con la tecnificación y profesionalización del Idaan, asumido desde el inicio de su gestión. “Mi aspiración es profesionalizar el sector público, incluso cuando muchas veces los puestos públicos se usan como moneda de cambio”, comentó, en alusión indirecta a prácticas clientelistas.
“Lo que está pasando en Azuero no es nuevo ni comparable con otros países, como Venezuela”, cerró Villarreal. “Esto viene de décadas atrás, pero ahora nos toca enfrentarlo con responsabilidad. Ese es mi mensaje a la población”. Sus palabras, entre la autocrítica y la urgencia, resumen la magnitud del desafío que enfrenta el Estado panameño para garantizar agua potable en una de sus regiones más vulnerables.