De acuerdo con las investigaciones sobre lenguaje no verbal efectivo para conectar y conquistar a una posible pareja o mejorar las relaciones interpersonales, lo importante es la cantidad de intentos para dar señales de interés sincero a través de pequeños gestos que sean enviados en forma adecuada y consciente. Estos pueden ser desde una postura y expresiones faciales, además de la elección de palabras acertadas y el tono de la voz, de tal forma que, al usarlas, se mejore la calidad de las conexiones personales y profesionales (Enlace).
En especial, al referirse al deseo de conectar con alguien que gusta para una relación romántica, el mito equivocado es que basta ser atractivos para llamar la atención y conquistar. Las mujeres y los hombres que creen que están siendo obvios con sus señales para mostrar que están disponibles no lo son, para nada… pero, según los resultados de estudios serios, muchos solteros que tienen éxito emplean al menos 29 señales en tratar de conseguir atraer la atención de otra persona en diez minutos… en cambio, otros piensan que, con solo tres o cuatro miradas, esa persona se va a acercar, y no. No las vio o probablemente dudó de si se trataba de un espejismo o incluso dudó de él (ella) mismo (a)… Se lleva más de 29 intentos para que la otra persona se dé cuenta… Utilizamos el atractivo como una excusa, y no. Realmente, los (las) menos atractivos (vas) que lanzan las señales adecuadas obtienen mejores resultados… es precisamente esa disponibilidad (entendida como sencillez, amabilidad y naturalidad) lo que te hace más atractivo (a) (Enlace).
Pero para tener persistencia en enviar los 29 mensajes, se necesita tener seguridad en sí mismos. Efectivamente, ser percibido como alguien seguro y confiable es crucial para dar una buena primera impresión en una cita, ya sea esta para declararse en el plano romántico o sea en una reunión en el trabajo para exponer algún proyecto. De otra forma, se podría fracasar por parecer arrogante o incapaz. La clave está en buscar el delicado equilibrio entre transmitir una actitud cercana, pero sin generar incomodidad por invadir el espacio personal, y el de mantener esa elegante dignidad en la comunicación no verbal.
Siendo que la cercanía es clave para que los demás se sientan cómodos y nos permitan el espacio para darnos a conocer o presentar los beneficios de un producto, a través de establecer buenas conexiones con las audiencias, propongo tres claves para poner en práctica de marca personal y actitudes que generen confianza:
1. Comprender y estar convencidos del peso del lenguaje no verbal en la comunicación. Tratar de dar a entender la intimidad exclusivamente a través de lenguajes convencionales podría ser un fiasco lleno de frustración, ya que se peligra de ser malentendido y de dar malas explicaderas (ejemplos frecuentes son el uso de emojis en los mensajes escritos o usar palabras equivocadas al grabar mensajes de audio).
2. Cuidar las primeras impresiones. Implica tener claro que cada encuentro con alguien dejará una opinión positiva o negativa. Los gestos hablan más fuerte que las palabras. Se recomienda saludar con un sencillo “hola” que vaya acompañado del uso de las manos, en especial enseñando las palmas agitándolas en forma amigable, ya sea virtual o presencialmente. Otros gestos son: contacto visual, recorrer brevemente el lugar con los ojos y volver discretamente hacia la persona de interés. “Contacto visual, quitar la vista. Si no devuelve la mirada, no devuelve la mirada”. En el caso de conquista romántica, tocarse el cabello envía señales de invitación a conocerse en ese plan. Ser amables con quienes dan un servicio en un restaurante al concertar una cita también envía los gestos de cercanía necesarios para conquistar.
3. Reinventar la marca personal. Significa mantener una mente abierta (modo o actitud de aprendizaje) para autoconocerse y comprender cuál es la manera o lenguaje con que expresamos mejor quiénes somos, ya que solo de esta forma sabremos qué se quiere decir y cómo usar el lenguaje no verbal para conectar de corazón a corazón (la trascendencia). Significa comportarse con coherencia, es decir, que haya integración entre lo que hace, dice y piensa (los valores o principios que dice creer), para conectar desde la primera impresión, ya que la misteriosa y profunda unión entre el cuerpo y el alma permite que el cuerpo humano, visible, refleje cosas invisibles, es decir, afectos, sentimientos, actitudes interiores e ideas. En una palabra: el interior de la persona, su corazón. El mejor modo de manejar lo que proyectamos con la marca personal es buscar ser un hombre o una mujer elegantes, porque la elegancia es el camino para verse atractivos a cualquier edad, porque no existe elegancia exterior sin elegancia interior.
