En un pronóstico de empleo para 2025, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)señaló que existirán unos siete millones de puestos adicionales menos, en comparación con el año precedente, informó pl.
Según el análisis, en el transcurso del año podrían crearse unos 53 millones de plazas; esto se traduce en una reducción del crecimiento previsto del 1,7 % al 1,5 %.
El descenso refleja una revisión a la baja de las perspectivas económicas internacionales, en correspondencia con los cálculos relativos al Producto Interno Bruto (PIB) global, cuya probable expansión anual será de 2,8 puntos porcentuales, precisó.
Las cuentas de la OIT alertan, además, que cerca de 84 millones de empleos en 71 países están directa o indirectamente vinculados a la demanda de consumo de Estados Unidos.
El documento también pone de relieve otras tendencias preocupantes, entre ellas, el declive en la proporción del PIB global que va a los trabajadores, la cual cayó del 53,0 % al 52,4 % en diez años, con descensos más acentuados en África y América.
Ese deterioro ejerce «una presión al alza sobre la desigualdad, y pone de manifiesto una desconexión entre el crecimiento económico y la remuneración de los trabajadores».
De las presumibles causas, el mecanismo adscrito a la ONU apunta que las tensiones geopolíticas y las disrupciones comerciales constituyen factores claves del deterioro económico y sus efectos en la ocupación.
El actual modelo neoliberal lleva a que el énfasis puesto en el protagonismo del mercado convierta el empleo también en una mercancía, que se moverá en consonancia con las exigencias del gran capital.
Momentos de crisis, como la actual, sirven de escape a los propósitos de aumentar los gastos de defensa o fracasos especulativos de las transnacionales, y hay mayor posibilidad de que sean desmontadas las políticas estatales que favorezcan procesos sociales de transformación, en función de la privatización más salvaje.
Hoy es uno de los problemas globales de mayor incidencia, unido a los de salud y de educación, sobre los cuales debe existir una mayor preocupación y concertación a nivel del planeta.
El mundo multipolar que se delinea deberá tener, dentro de sus prioridades, la concertación de políticas que faciliten un empleo digno, como derecho de todo ser humano.