Durante las conclusiones preliminares de la misión del FMI, el jefe de misión, Alexander Culiuc, advirtió que se espera una desaceleración en el ingreso de divisas por remesas familiares en Guatemala. Esto ocurre a pesar del fuerte incremento observado en los primeros meses de 2025, con tasas de crecimiento de dos dígitos.
“Pensamos que este incremento es temporal. En un plazo más largo, habrá vientos en contra de las remesas, y es probable que se reduzca su proporción con respecto al PIB, de los niveles actuales a una proporción mucho más baja. Estamos proyectando que baje del 19% al 15% en los próximos cinco años”, remarcó Culiuc.
Del 1 de enero al 15 de junio, el Banco de Guatemala (Banguat) informó que se han recibido US$10 mil 776 millones en transferencias, con una tasa de crecimiento del 17.5% respecto del mismo período del año pasado.
El funcionario del organismo financiero internacional reconoció que “hay mucha incertidumbre con respecto a estas proyecciones, pero las autoridades están conscientes de cómo probablemente le den forma a la economía y, quizás, ofrezca la oportunidad de cambiar a un modelo de desarrollo distinto, con base en la inversión privada más que en el consumo y el impacto social”.
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Anticiparse
Culiuc aseguró que es importante observar y dar seguimiento, ya que los retornos de este año probablemente han estado en línea con los de años anteriores. Una de las diferencias importantes ahora es que hay menos salidas migratorias, lo cual podría cambiar potencialmente el equilibrio del mercado laboral. Por ello, es importante acelerar las reformas que reduzcan la informalidad en el mercado laboral, de modo que esa fuerza laboral pueda ser absorbida por el sector formal de la economía.
Bastión en la economía
Álvaro González Ricci, presidente del Banguat, informó que con la misión se abordó el tema del flujo de las remesas familiares, que representan el 19% del PIB en 2024. Asimismo, se trató el impuesto del 3.5% que se busca implementar en Estados Unidos.
Es un tributo que, de aprobarse en Estados Unidos el 4 de julio, entraría en vigor el 1 de enero de 2026.
“La incertidumbre sobre las remesas sigue siendo alta y dependerá de las políticas migratorias que tome el presidente Donald Trump. Puede haber más medidas, pero la preocupación principal es la migración neta, que viene siendo reducida; es decir, personas que están siendo deportadas a Guatemala. Por ello, se proyecta una desaceleración para el siguiente año”, puntualizó.
La proyección es que en 2025 se cierre con US$27 mil millones, la mayor parte destinados al consumo, lo cual impacta en el PIB y genera crecimiento económico.
«Pensamos que este incremento es temporal. En un plazo más largo, habrá vientos en contra de las remesas»
Alexander Culiuc, jefe de misión del FMI para Guatemala
“No vemos que las remesas vayan a desaparecer, sino que habrá una desaceleración que dependerá de las políticas migratorias de EE. UU.”
Auto deportaciones
Consultado Guillermo Díaz, del Instituto de Investigación en Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar, explicó que la posición del FMI es válida por dos razones.
La primera es que la migración se ha frenado. Hay escasez de mano de obra en Estados Unidos porque hay personas que no están llegando. La segunda es que existe una política de deportaciones, por lo cual el flujo neto será menor.
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“Hay una lógica de terror, y muchas personas se están auto deportando; están enviando sus enseres, ahorros y otros recursos. A largo plazo habrá un menor flujo migratorio neto y no habrá más migrantes guatemaltecos”, aseveró el académico.
Explicó que hay estadísticas que indican que más de 400 mil guatemaltecos tienen órdenes de captura, y con el 10% de deportación cada año, más el promedio anual, serían alrededor de 42 mil más. A un promedio de US$500 por remesas, eso podría significar hasta US$200 millones anuales en los próximos años.
“Sí, hay que pensar que el boom de las remesas se terminó en este país. Hay que poner las barbas en remojo, y es válida la advertencia del FMI”, concluyó Díaz.