1 de cada 5 quetzales y medio millón de empleos vienen de la construcción en Guatemala

1 de cada 5 quetzales y medio millón de empleos vienen de la construcción en Guatemala

La huella económica -directa e indirecta- del sector de construcción y desarrollo inmobiliario asciende a Q207 mil 744 millones anuales en la economía guatemalteca, equivalente al 23.7% del PIB, para el 2024. Es decir, uno de cada Q5 en la economía guatemalteca está relacionado, directa o indirectamente, con esta actividad económica. El hallazgo se extrae del Estudio de Impacto Económico de la Construcción y Desarrollo Inmobiliario en Guatemala, presentado por Central American Business Intelligence (Cabi). Este impacto, según el estudio, es superior al que generan las remesas familiares y exportaciones totales de bienes que ejecuta el país.

Durante el 2023, la huella económica fue de Q197 mi 368 millones. Dentro de esta huella se agregan aspectos como el consumo intermedio, remuneración de asalariados, excedente de explotación y el ingreso mixto bruto. Además, se agregan factores indirectos como el consumo de las familias, la reinversión empresarial y los impuestos indirectos.

“Ningún país logra ser desarrollado si no es por un crecimiento urbano importante”, recalcó José Ardón, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción. Ardón destacó que esta dinámica se ha reflejado especialmente en el área metropolitana, debido a la necesidad de vivienda, comercio e infraestructura. Además, subrayó que la ciudad aún tiene potencial de expansión.

Según Ricardo Rodríguez, autor del estudio y director ejecutivo de CABI Economics, el informe distingue dos componentes clave: la construcción y la venta de lo construido, sin incluir las obras de infraestructura vial. Rodríguez explicó que, bajo esta clasificación, el sector no ha experimentado cambios drásticos en la última década, y suele mantenerse con una participación de entre 11.5% y 12% del PIB.

El estudio también subraya que el sector de construcción y desarrollo inmobiliario representó, en 2024, el 11.9% de la economía guatemalteca, lo que lo posiciona como el tercer sector de mayor relevancia nacional, solo por detrás del comercio y la industria manufacturera.

Peso de alquileres y edificios

Según el estudio, en los últimos años se han autorizado un total de 40.9 millones de metros cuadrados de construcción en todo el país, lo que refleja un promedio anual de 3.7 millones de metros cuadrados. No obstante, la huella económica más significativa del sector se concentra en el departamento de Guatemala, con Q167 mil 331 millones anuales, equivalente al 80% de la huella total en el territorio nacional.

El estudio destaca que el sector de manera generó en 2024 un aporte al Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente Q100 mil 700 millones, lo que representa un crecimiento real de 3.2% respecto de 2023. Según el informe, el aporte de Q100 mil millones al Producto Interno Bruto (PIB) corresponde únicamente al valor agregado final que el sector genera en la economía guatemalteca.

No obstante, el estudio aclara que la facturación anual del sector es considerablemente mayor. En 2024, esta alcanzó los Q142 mil 180.92 millones. Desde 2013, esta cifra representa un crecimiento de 107% en la facturación total del sector.

Entre las actividades con mayor representatividad dentro del sector destacan los alquileres de vivienda para uso final propio, con un 34.2%, y la construcción de edificios de mercado, con un 26%, según el estudio.

Rodríguez subrayó que el sector mantuvo su dinamismo incluso durante la pandemia: “La construcción fue un sector que el Gobierno priorizó o intentó que no se frenara durante la pandemia”.

Agregó que esta decisión permitió que el sector conservara un ritmo de crecimiento sólido, incluso por encima del promedio nacional. Mientras Guatemala ha crecido, en promedio, 3.5% anual en la última década, el sector de construcción y desarrollo inmobiliario lo ha hecho entre 3% y 4.3% anualmente. “En otras palabras —indicó Rodríguez—, este es uno de los sectores que más empujan al alza la economía guatemalteca”.

El Progreso, Quetzaltenango y Escuintla, con potencial

Sin embargo, en El Progreso, el sector cobra aún más relevancia a nivel relativo, ya que la construcción y el desarrollo inmobiliario representan el 61.3% de la economía local. Al respecto, Ricardo Rodríguez comentó que existen otros departamentos con potencial para desarrollarse en esta industria. Mencionó que Xela, Escuintla y Quetzaltenango figuran entre los territorios con perspectivas de crecimiento sostenido.

“Con el desarrollo que se observa y la cantidad de construcciones que se realizan, tanto comerciales como residenciales, en Escuintla y Quetzaltenango, se podría pensar que el sector debería pesar más. Pero también es porque estos departamentos tienen otros sectores económicos pujantes”, señaló Rodríguez.

Desde otra perspectiva, Rodríguez indicó que otros territorios con procesos de urbanización más avanzados —fuera del área metropolitana—, como Sacatepéquez, Escuintla, Zacapa, Chiquimula y Quetzaltenango, son departamentos con un alto potencial para el desarrollo del sector.

Para fomentar ese crecimiento, José Ardón, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, destacó la importancia de que los actores del sector se incorporen a espacios gremiales. Esto permitiría que las empresas interactúen con otros involucrados y con proveedores clave. Además, hizo énfasis en la necesidad de contar con reglas claras y certeza jurídica.

“Promover la estandarización de la construcción, fomentar prácticas de seguridad ocupacional, impulsar buenas prácticas en general para todos los que formamos parte del sector de la construcción”, indicó Ardón como elementos esenciales para dinamizar el crecimiento del sector.

Departamento de Guatemala

En el caso de la ciudad de Guatemala, el municipio cuenta con un Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que establece las zonas donde se permite la construcción de ciertos tipos de edificaciones, explicó Fernando Rodríguez, gerente municipal administrativo. Añadió que uno de los desafíos urbanos particulares son los barrancos, cuya gestión debe contemplarse dentro del POT.

Rodríguez aseguró que se trabaja en planes a futuro, considerando que la ciudad actual ya no es la misma de hace diez años. En ese contexto, resaltó el papel de las mancomunidades para impulsar el desarrollo metropolitano. Citó como ejemplo la ciudad Reformadores, en Villanueva: “Si se crean los espacios suficientes, si se crea la vivienda, si se crean los trabajos, la gente no tendría por qué desplazarse”.

Según datos proporcionados por el funcionario, aunque el municipio tiene una población estimada de 1.8 millones de habitantes, diariamente circulan por la ciudad alrededor de 3.5 millones de personas. En este sentido, Rodríguez afirmó que a futuro, la descentralización de la construcción y los servicios podría contribuir a aliviar el tráfico urbano. “Sí se está pensando en que se descentralice la construcción y los servicios”, puntualizó.

Generación de empleo formal

Según Fernando Rodríguez, el sector construcción genera un impacto positivo transversal en toda la economía. “Quien vende vidrio, quien vende madera, el que vende muebles. Es un integrado”, afirmó. Rodríguez explicó que la construcción dinamiza múltiples actividades económicas indirectas y afirmó que cuando en un municipio hay construcción, se empieza a generar más empleo.

El estudio estimó que el sector de construcción y desarrollo inmobiliario generó 499 mil 899 empleos directos durante 2024, con un efecto multiplicador que podría elevar la cifra de empleos indirectos hasta 2 millones.

Según el informe, al cierre de 2024 se registraron 232 mil 602 empleos cotizantes, de los cuales 20 mil están asociados directamente al área de construcción. El salario promedio mensual reportado fue de Q5 mil 365 para los trabajadores en servicios inmobiliarios y de Q3 mil 947 para quienes laboran en el área de construcción.

No obstante, el estudio señala una brecha considerable en la formalización del empleo dentro del sector. “Esa informalidad es bastante alta en el interior del país”, explicó José Ardón, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción.

Ardón añadió que la informalidad laboral también tiene implicaciones sociales más amplias: “Este es uno de los factores que impulsa la migración hacia Estados Unidos”, afirmó.

Además, destacó que esta situación representa un impacto fiscal significativo y que es urgente fomentar una cultura tributaria que permita emplear de forma formal a los trabajadores. En ese sentido, subrayó que el modelo actual de contratación requiere mayor flexibilidad, ya que ha sido una barrera para la formalización dentro del sector.

Desafíos de desarrollo de vivienda

Según Ricardo Rodríguez, autor del estudio, el país debería enfocarse en tres áreas clave para continuar con el crecimiento del sector de construcción y desarrollo inmobiliario: la Ley de Interés Preferencial, la facilitación de licencias y la generación de una cultura de datos estadísticos.

Sobre la normativa, Rodríguez reconoció que se trata de una ley positiva, ya que proporciona un subsidio a la tasa de interés para viviendas sociales durante un período de 10 años. Sin embargo, subrayó que presenta dificultades para su aplicación efectiva. “La ley tiene problemas en sus regulaciones internas, lo cual impide que se logre dinamizar de la manera adecuada”, comentó.

Asimismo, el economista enfatizó la necesidad de agilizar los procesos para la obtención de licencias de construcción y permisos ambientales. “Que sean simples y rápidos de obtener”, afirmó. Añadió que existe una diferencia considerable entre la cantidad de licencias solicitadas y los metros cuadrados finalmente autorizados, lo que refleja obstáculos burocráticos.

Fernando Rodríguez, señaló que desde la Municipalidad de Guatemala se ha implementado una ventanilla única para la construcción. Este mecanismo busca gestionar los trámites de manera expedita dentro del gobierno local. Indicó que uno de los objetivos es integrar en una sola plataforma la solicitud de distintas licencias vinculadas al desarrollo de proyectos inmobiliarios.

Por su parte, José Ardón, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, señaló que la densidad urbana de Guatemala es baja si se compara con otras ciudades de Latinoamérica. Destacó la urgencia de establecer políticas públicas que permitan sostener el crecimiento sin generar problemáticas asociadas a la movilidad, el tráfico o el acceso al agua.

Finalmente, Ricardo Rodríguez hizo hincapié en la importancia de contar con una cultura de datos confiables y accesibles. Explicó que, durante la elaboración del estudio, solo se logró obtener información de las cabeceras departamentales. “En la medida que las autoridades compartan datos, los sistematicen y los pongan a disposición, se pueden tomar mejores decisiones”, concluyó.

Vínculo con remesas

A corto plazo, Ricardo Rodríguez advirtió sobre la amenaza que representaría la imposición de impuestos a las remesas. Según el economista, el crecimiento del sector de construcción y desarrollo inmobiliario está estrechamente vinculado a la recepción de remesas en el país. Calificó su impacto como masivo y con posibles repercusiones inmediatas sobre la actividad del sector.

En un horizonte de mediano plazo, Rodríguez explicó que el dinamismo de la industria podría verse afectado si no se acompaña el crecimiento departamental con políticas adecuadas de ordenamiento territorial. “Puede haber un alto potencial de construcción residencial en algún departamento, porque la demanda así lo presenta, pero si no hay sistemas de drenaje, si no hay acceso a agua potable, cable o electricidad, se limita lo que se puede ofrecer”, subrayó.

Desde otra perspectiva, José Ardón, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, señaló que uno de los principales retos actuales del sector es la falta de digitalización en los trámites administrativos. “Le diría que probablemente somos de los más impactados por la lentitud y la poca certeza que existe al momento de obtener una licencia de construcción”, expresó Ardón.

En ese sentido, el directivo subrayó que el desafío principal es la estandarización de los procesos municipales para la obtención de licencias. “No podemos seguir teniendo 340 procesos diferentes para 340 municipalidades distintas”, advirtió.

Fuentes

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