Durante la primera semana de la Liga de las Naciones de Voleibol (VNL), Marlon Yant probó estar en la mejor forma deportiva, al terminar primero en tres departamentos ofensivos, entre más de 250 jugadores de 18 países.
Si bien el equipo perdió tres de los cuatro partidos, desde los dos amistosos en Argentina el atacador auxiliar, de 2.04 metros de altura, mostró seguridad y eficiencia. Terminó ese primer segmento de líder anotador, con 87 puntos; también encabezó el ataque (72), fue tercero en el servicio (6), y sexto en el bloqueo, con nueve acciones exitosas, igualado con el turco Bedirhan Bübül, el italiano Luca Porro y el esloveno Rok Mozic.
El servicio, eslabón en el que Yant concluyó empatado con el japonés Masato Kai, el estadounidense Gabriel García, el argentino Luciano Palonsky y el brasileño Judson Amabel, funciona si se emplea como un ataque más. Asegurarlo, especialmente en pasajes claves, lleva una dosis de ecuanimidad que sea capaz de superar la desesperación en función de concentrarse para ejecutarlo.
El villaclareño, de 24 años, ha ido creciendo en sus condiciones físicas y técnicas, marcó en los cuatro enfrentamientos por encima de los diez puntos, aporte exigido a los hombres en esa posición, en la que han de recibir y después atacar.
El espigado cubano, atacador de punta, exhibe una loable carrera, a pesar de su juventud. Ha defendido al Chaumont vb, de la Liga Francesa, en 2018; al Lube Citanova, de Italia, en la campaña 2020-2021, unido a Robertlandy Simón, Osmany Juantorena y Yoandy Leal, en tanto este año estuvo en el Zenit, de Rusia.
Yant ha de mantener su rendimiento, porque el fuego cruzado será fuerte en la segunda semana de la VNL, y para el colectivo es primordial prepararse con el fin de intentar darle una vuelta a la realidad.
Sin embargo, este es un deporte colectivo, y no es posible aspirar al triunfó si la ofensiva abusa de un solo voleibolista. Repartir el juego fue algo en lo que Cuba falló en la primera ronda de la VNL, situación agravada, al no resistir el capitán Miguel Ángel López la intensidad del torneo, tras la victoria 3-2 sobre Brasil.
López, por su probada clase, su carisma y ejemplo, resulta un líder natural, pero aún no se le ve en óptima forma después de la extensa e intensa temporada en la Liga Japonesa. Sin él en el ruedo, vimos a una selección, por momentos desconcentrada, repitiendo los remates por los extremos, sin utilizar los ataques zagueros y el centro de la net, lo que hubiera hecho menos previsible su desempeño, evitando el acomodo del rival para imponer su estilo sobre la cancha.
Un desempeño de López, a la altura del voleibol que juega, más la postura que mostró Yant en los primeros cuatro encuentros, y la futura incorporación de Simón, podrían cambiarle el rostro al sexteto antillano en esta edición de la VNL.
