El profesor polifacético de Masahua – La Prensa Gráfica

El profesor polifacético de Masahua - La Prensa Gráfica

En esta ocasión, cuando celebramos el Día del Maestro Salvadoreño, le doy un homenaje al profesor Luis Armando Larín Castañeda, ciudadano del distrito de Santa Catarina Masahuat, conocido como Masahua, en el departamento de Sonsonate. Luis Armando fue mi amigo desde la infancia. Era gestor cultural, poeta, cantante, músico, escritor, agricultor, padre de familia y un excelente ser humano.
Hay miles de docentes; sin embargo, son pocos los que logran tener muchas capacidades y talentos. En la escuela tomaba su guitarra y cantaba sus corridos; en el parque recitaba sus poemas, los cuales hablaban de la cotidianeidad de los pobladores del pueblo. Luis era el que escribía atinadamente las salutaciones a las reinas del pueblo. En una ocasión me enseñó una marimba. Esa tarde tocó unas cuantas piezas musicales.
El profesor Luis siempre me comentaba los escritos que yo escribía. Como profesor, analizaba la situación de miles de docentes en el país. Con respecto al escrito “Quién quiere ser docente”, comentó: “Totalmente de acuerdo, llámenos como nos quieran llamar: maestro, docente, profesor, orientador, como quiera, nuestra misión es un apostolado cuando la realizamos con amor, con cariño, pensando en las generaciones. Yo trabajé 35 años, 18 en el Complejo Educativo Eduardo Salaverría de Masahua, y es bonito cuando mis alumnos me vienen a visitar, cuando los encuentro en la calle, en la iglesia, en el parque y platicamos”.
Cuando escribí el artículo “Mi nueva escuela”, el maestro Larín me respondió: “Sí, mi estimado, yo creo que, muy aparte de la infraestructura, la formación docente, el desempeño docente, y aquello que antes le llamaban vocación, ahora, en muchos casos, es equivocación. Yo creo que la vocación docente está demasiado débil o se las han dejado a las universidades privadas, pero cuando la retomaba el Estado, imagínese su papá, normalista, mire mi papá, normalista, pero de ellos ya no hay nada”.
En medio de esa misión como docente, en el año 2024 sufrió un colapso fuerte de salud. Pasó casi dos meses en cuidados intensivos en el ISSS. Su esposa e hijos lo apoyaron mucho y, por ende, todos los que lo conocimos oramos por su pronta recuperación.
Su recuperación no fue fácil; en las conversaciones me comentó que estaba alegre porque le habían retirado la cánula que tenía en el cuello. Tenía una traqueotomía y ya tenía libre de oxígeno; solo se lo ponía de noche. Pasó mucho tiempo con oxígeno. Fue tan grave su enfermedad que la familia y amigos hicieron una actividad en un centro comercial de Sonsonate para recolectar dinero para su tratamiento.
En la conversación que tuvimos, luego de su recuperación, me comentó que estaba realizando el proyecto de la banda sacra del pueblo. Lo bueno es que ese proyecto se le cumplió. Tuvo que realizar muchas actividades para cumplir el objetivo. Cada vez que los músicos de la banda toquen música sacra en el pueblo, lo recordarán.
En mi librera conservo, con dedicatoria y firma, el libro El ayer que se nos fue, el cual narra sobre la historia de su amado pueblo Santa Catarina Masahuat. En el año 2012 obtuvo el primer lugar en el concurso “Un poema al amor y la amistad” con su poema Pienso en ti; además, obtuvo una medalla otorgada por ANDES 21 de Junio. Larín también fue presidente de la Red de Arte y Cultura de Sonsonate.
En cada pueblo o municipio se recuerda a cada maestro, se recuerda a cada profesor que partió al más allá y dejó un legado. Sin embargo, no todos los docentes tienen el talento y la vocación que tuvo el masahuense Luis Larín. Como fue una persona polifacética, dejó unas cosas pendientes en esta vida. Se espera que el poemario A dos pasos de Dios, en donde narra su enfermedad, lo publique su hija Xochilt. Será recordado por su compromiso con la promoción de la cultura y las artes en la región occidental de El Salvador. En abril de este año partió a un mejor lugar.

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