La publicación Panorama Laboral Regional (Banco Mundial, mayo/2025) plantea que el empleo constituye el principal mecanismo de reducción de la pobreza a nivel mundial. Sin embargo, las proyecciones indican que la creación de trabajos y el crecimiento de los ingresos laborales en América Latina y el Caribe disminuirán en 2025. Se espera que la región permanezca en su ciclo de no crear suficientes trabajos de calidad para acelerar su progreso hacia la erradicación de la pobreza.
Por otra parte, el Banco Mundial (BM) expresa que El Salvador es una pequeña economía dolarizada que está estrechamente vinculada a Estados Unidos a través del comercio y las remesas. A su vez, se subraya que su PIB creció en promedio 2.1 % entre 2000-2023, y que persisten los desafíos de baja productividad, deficiencias en el capital humano y altos déficits fiscales. El BM también destaca que la pobreza, según cifras oficiales, aumentó en el país de 26.8 % a 30.3 % entre 2019-2023.
Adicionalmente, la OIT destaca que El Salvador es uno de los países con mayores proporciones de empleo informal, con un 69 %. Asimismo, y de acuerdo con estudios especializados, cada año entran aproximadamente 50 mil personas al mercado laboral y se generan menos de 15 mil empleos formales, lo cual explica el acelerado crecimiento de la informalidad. Este hecho ayuda a explicar que miles de jóvenes deseen emigrar para progresar. Otro hecho a recalcar es que, a pesar de que las mujeres representan más del 50 % de la población en edad de trabajar, solo el 45.5 % de ellas participa en el empleo remunerado, en comparación con el 76.8 % de los hombres.
En este marco, el FMI aprobó un acuerdo de Servicio Ampliado para El Salvador (febrero/2025), para apoyar la consolidación fiscal y fortalecer la estabilidad financiera. Este acuerdo es clave porque la deuda pública salvadoreña llega al 88.9 % del PIB y se requiere del apoyo de los bancos multilaterales para promover el crecimiento económico, el empleo digno, la transparencia, la sostenibilidad de las finanzas públicas, así como reforzar la resiliencia.
Cabe destacar que el BM aprobó a finales de 2023 un importante proyecto para El Salvador, a fin de mejorar el acceso a oportunidades laborales y al desarrollo de habilidades de jóvenes y adultos, priorizando a las personas vulnerables con edades entre los 18 y 40 años. Este proyecto se denomina “Promoción de oportunidades laborales y desarrollo de habilidades en El Salvador” (conocido como ALDEA), y tiene un financiamiento de US$150 millones con una duración de cinco años.
ALDEA apoyará la mejora del acceso al desarrollo de habilidades y oportunidades de empleo, realizando un conjunto de intervenciones diferenciadas (capacitación, subsidios al empleo, apoyo a buscadores de empleo y emprendedores). ALDEA consta de cinco componentes: (1) Fortaleciendo la empleabilidad; (2) Promoviendo las oportunidades de emprendimiento; (3) Mejorando el acceso a la prestación de servicios integrados mediante una infraestructura adecuada; (4) Gestión y Evaluación del Proyecto y Fortalecimiento Institucional; (5) Respuesta a Emergencia Contingente asociada con crisis o desastres naturales. En pocas palabras, ALDEA es una prueba ácida para todas las instituciones participantes.
MINEC y BM deberían, entonces, redoblar esfuerzos para que las unidades económicas de los catorce departamentos del país conozcan y accedan a las ventanillas y servicios que ofrece ALDEA y sus socios (BANDESAL, CONAMYPE, INCAF y otros), para mejorar su productividad y generar empleos.
Reflexión: no es claro si ALDEA aplicará un enfoque territorial; lo que sí es evidente es que el MINEC tiene en sus manos un valioso instrumento para ayudar a dinamizar las economías locales. El mayor desafío de ALDEA está en tres áreas estratégicas: (1) creación de oportunidades laborales y financieras para mujeres emprendedoras; (2) generación de sinergias con iniciativas económicas a nivel local; (3) incremento de la resiliencia de las MYPE ante fenómenos meteorológicos extremos.
