Un total de 625 nicaragüenses fueron deportados desde Estados Unidos durante el mes de junio, según confirmó a Nicaragua Actual un funcionario del Departamento de Estado. En total, se realizaron cinco vuelos durante el mes, incluido uno que, por primera vez, utilizó una aeronave militar estadounidense para el traslado de los deportados.
Este último vuelo arribó a Nicaragua este lunes 30 de junio con 45 personas a bordo, todos nicaragüenses, y marca un precedente en la modalidad de deportación hacia el país.
El funcionario estadounidense aseguró que se trata de un esfuerzo por mantener la cooperación bilateral en temas migratorios, pese al deterioro de las relaciones diplomáticas.
Más de 2000 deportados
Con estas cifras, el total de nicaragüenses deportados en lo que va de 2025 asciende a 2,181 personas, transportadas en 18 vuelos organizados por las autoridades migratorias de Estados Unidos.
La Embajada de Estados Unidos en Managua informó en su cuenta oficial de X (antes Twitter) que “el retorno seguro y digno de ciudadanos a sus países de origen es una parte fundamental del manejo de la migración en el hemisferio”, e incluyó imágenes del más reciente vuelo.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que muchos de los deportados son personas que huían de la represión política, la falta de libertades y la crisis económica en Nicaragua. Al retornar, algunos enfrentan el riesgo de detención o persecución por parte del aparato de seguridad del régimen.
Ortega calla ante deportaciones
Pese al creciente número de nicaragüenses expulsados por las autoridades estadounidenses —incluyendo bajo la administración de Joe Biden—, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo guarda absoluto silencio. La propaganda oficial no ha mencionado los vuelos de deportación.
Este silencio contrasta con las duras críticas que Ortega y Murillo lanzaron contra el presidente Donald Trump, cuyo gobierno intensificó las deportaciones de centroamericanos e implementan políticas migratorias restrictivas.
Por ejemplo, la dictadura sandinista no ha informado si hace gestiones para que Estados Unidos renueve el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los nicaragüenses en ese país, el que se vence en julio de este año.
El programa protege de la deportación a miles de ciudadanos de Nicaragua que residen en EE. UU. desde hace décadas, permitiéndoles trabajar legalmente. Sin embargo, aún no se ha confirmado una nueva extensión, lo que genera incertidumbre entre la comunidad nicaragüense, especialmente en un contexto de aumento en las deportaciones y una crisis sociopolítica persistente en su país de origen.