El dictador Daniel Ortega refuerza control sobre el Ejército de Nicaragua y asciende a coroneles generales claves en la represión.
Daniel afirmó que su régimen “da un paso más” en el control del Ejército de Nicaragua, como parte de su estrategia para consolidar aún más el poder de las fuerzas armadas bajo su mandato.
Durante una ceremonia en Managua, Ortega condecoró al jefe del Ejército, el sancionado general Julio César Avilés Castillo, por su “lealtad y compromiso” con la defensa de la soberanía nacional.
En este mismo acto, ascendió al grado militar de Coronel General al Jefe del Estado Mayor General, Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, y al Inspector General, Marvin Elías Corrales Rodríguez.
Estos ascensos reflejan la creciente subordinación de la institución castrense como pilar de su control político, especialmente en un contexto de represión contra la prensa independiente y la sociedad civil.
Ortega elogió la labor de estos altos mandos militares y aseguró que “estamos dando un paso más en el fortalecimiento de la institucionalidad del Ejército, que ha defendido a Nicaragua y seguirá defendiendo la soberanía nacional”.
El general Avilés, a quien Ortega ha mantenido en su cargo más allá del periodo ordinario, reafirmó su fidelidad al régimen sandinista.
Desde la rebelión social de 2018, el Ejército ha sido cuestionado por su complicidad en los asesinatos de más de 300 personas y en las constantes violaciones a los derechos humanos cometidas por fuerzas policiales y paramilitares.
La condecoración y los ascensos se producen también en un contexto de creciente aislamiento internacional del régimen de Ortega, que enfrenta sanciones por parte de Estados Unidos, la Unión
Europea y Canadá debido a la sistemática represión de opositores y periodistas.
